ABC accede a las agendas de Villarejo: «Corinna quiere contratarnos a través de Villalonga»

Esa cita fue el punto de partida para una investigación sobre el patrimonio del anterior jefe del Estado que ya abarca tres diligencias en la Fiscalía del Supremo y otras en Suiza que le afectan. Ahora, las anotaciones del comisario a las que tuvo acceso ABC revelan cómo se gestó el encuentro y recogen el resumen que Villarejo extrajo sobre la marcha con datos que en su día pasaron desapercibidos y que luego serían determinantes para los fiscales. Entre ellos, el nombre del empresario mexicano cuyas donaciones llevaron a Don Juan Carlos a una regularización para intentar esquivar el delito fiscal en diciembre de 2020.

Según se desprende de las agendas, todo arrancó ocho meses después de la abdicación, con un comentario del empresario Adrián de la Joya, considerado el conseguidor de la «jet set» y socio en algunas aventuras de Villarejo, el 16 de febrero de 2015: «Corinna quiere contratarnos a través de Villalonga. La están amenazando y le mandaron email. Dice que como hable se jode el CNI».

Juan Villalonga, expresidente de Telefónica, es de facto la persona que hacía de enlace entre la otrora amiga entrañable de Don Juan Carlos y Villarejo. Auspició aquel encuentro y estuvo presente, tal y como acreditaron las actuaciones que al respecto siguió la Audiencia Nacional. Pero aquel recado no era ni mucho menos la primera noticia que el comisario tenía de Larsen. Un periodista amigo del policía, en junio de 2014, le había comentado que «Su Majestad» le había «quitado todo, hasta los terrenos en Marruecos» a la empresaria. Ese era, en aquel momento, el fondo del asunto.

El padre del Rey había recibido una donación millonaria de Arabia Saudí en una cuenta suiza a nombre de una fundación panameña de la que era titular. En 2012, decidió mover ese dinero a una cuenta de Larsen, razón por la que luego ella se vería investigada por blanqueo en Suiza. Ambos siempre han alegado que fue un regalo desde el cariño y sin contraprestaciones.

Algo parecido habría ocurrido con la compra de un terreno en Marruecos durante una visita al reino vecino cuando Don Juan Carlos aún era jefe del Estado. La parcela siempre estuvo a nombre de Corinna Larsen y según ella aseguraría después, él la había utilizado como testaferro para la compra y exigía recuperar la propiedad. Lo que subyacía así, desde el inicio, era un tema de dinero.

Es 12 de marzo de 2015 en la agenda de Villarejo y anota hablar con De la Joya sobre «Juan (Villalonga)-Corinna» . El día 15 la anotación ya hace referencia directamente a él: «Preparativos cita COR» , que es como a veces se refiere a la germanodanesa en las notas.

El día 4, el empresario va a cenar con ella y José Manuel Villarejo permanece «esperando resultado». Debió ser bueno, porque para el 14 de abril ya tenía una página llena de apuntes que relaciona con ella, como un recordatorio de «llamar a Air Partner, compañía que utiliza el Rey para volar» o un nombre de mujer, supuesta «novia del Rey en 2008/2009». «Se lo comunica a Corinna», añade en su agenda.

Este asunto saldría después en la conversación que fue grabada, pero en las agendas aún quedan semanas para eso. El 6 de mayo, de nuevo asociado a Villalonga, un apunte somero: «Sobre Corinna todo Ok». Y no la vuelve a mencionar hasta que el día 26 de mayo escribe: «Villalonga: quiere que viaje mañana para ver a Corinna».

Dicho y hecho. El 27 de mayo Villarejo tiene un briefing completo de la conversación, incluso con detalles que luego no aparecerán en las cintas que manejó y transcribió la Audiencia Nacional y que a la postre, acabaron siendo determinantes en la investigación sobre Don Juan Carlos. Destaca el nombre de Allen Sanginés Krause, el empresario mexicano cuyas transferencias a través de un coronel de confianza del exjefe del Estado le valieron tener que hacer una regularización fiscal el año pasado. En 2015, de ese asunto, formalmente nada se sabía. Las pesquisas de Anticorrupción en torno al benefactor y los fondos que habría enviado a Don Juan Carlos arrancaron en 2019. En la causa abierta apenas unos meses en la Audiencia Nacional sobre las grabaciones tampoco aparecía. Y, en cualquier caso, los ejercicios fiscales regularizados por Juan Carlos en diciembre de 2020 son posteriores a esa fecha. En la agenda de Villarejo, Sanginés aparece vinculado a una «R», en clara referencia al anterior Rey y al nombre «Fanjul», que es el apellido de una familia tradicionalmente amiga de Don Juan Carlos. «Preparar todo», escribe el comisario a continuación.

Hay más apuntes en esa página a modo de esquema, como una nueva mención a «operación aviones» y «Air P» o frases de resumen que parece extraer de la conversación, pues concuerda con la cinta que transcribió la Audiencia Nacional.

Aparecen aseveraciones como que «el problema saudí es el exceso de comisiones» o que «para los movimientos de dinero usan fundaciones» y «el transfer se sigue haciendo en aviones y maletas». «Dice que el Troll, lejos de proteger al R, le hace cometer cada vez más errores», añade utilizando el mote despectivo con el que se refería al entonces director del CNI.

En aquella charla ella le contó que Félix Sanz Roldán –al que Villarejo se dirigía de forma despectiva– se había personado en su hotel en Londres y la había amenazado. También un incidente con supuestos mercenarios que aseguraba, había enviado él a Mónaco, una versión que Larsen ha puesto por escrito en una demanda contra Don Juan Carlos en Reino Unido aún pendiente de admisión. Villarejo compró su versión, a la luz de las notas. Unos días después del viaje apuntó una reunión con el entonces secretario de Estado de Seguridad, Francisco Martínez , procesado por la operación Kitchen. Entre los temas que iba a tratar escribió:«ataque Corin».

La cinta permaneció en un cajón durante tres años y a día de hoy, no se ha esclarecido quien la filtró, pues si bien todas las miradas han estado puestas desde el principio en Villarejo, él se afana en señalar al CNI. Lo que sí se desprende de las agendas es que ya sobre la marcha, el plan era difundir al menos una parte. «Villalonga, Juan. Dice que CORIN está mosca porque no salió nada de su testimonio. Quedo en aclararlo rápido», anotó el comisario ese mes de junio de 2015. Unos días después las notas reflejan contactos con periodistas. Lo que se publicó finalmente fueron unas declaraciones de ella a cámara negando que tuviese planes de instalarse en España. «Villalonga: Estaba contento por repercusión noticia de COR», añadió.

Pero el asunto traería más cola. En octubre de aquel año Villarejo apuntó una «comida» con dos miembros del CNI con «bastante tensión al principio». «Dicen que no hay grabación del encuentro de TROLL y CORINA porque interfirieron electrónicamente », dejó escrito a modo de conclusión. El exdirector del Centro reconoció en un juicio contra Villarejo la visita a Londres, pero del motivo y el contenido no dio detalles por ser secreto.

Las agendas recogen más referencias a Corinna Larsen en aquella época, como que «quiere mandar un mensaje al Rey actual para que la dejen tranquila» como que «uno de los coches está a su nombre y el viaje de bodas costó un millón pagado por el CNI» . «Va a tirar bombas por seguir metiéndose con ella», dice otra de las notas.

A Villarejo, en todo caso, la expedición no le salió gratis. Durante los más de tres años que ha pasado en prisión provisional uno de los argumentos que esgrimía la justicia para mantener esa condición era el riesgo de reiteración delictiva y de que obstaculizara la investigación.

En esos autos se repetía una frase recogida en uno de sus célebres audios en la que alardeaba de tener grabada a Corinna Larsen y conservar «siete copias» de la cinta, dentro de España y en el extranjero.