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Lagarde advierte que la guerra arancelaria disparará la inflación

Indica que reducirá el crecimiento de la eurozona en aproximadamente un 0,3%

La UE se anticipa a los aranceles y dispara el superávit comercial con los EE.UU. en enero

Christine Lagarde, presidenta del Banco Central Europeo reuters
Rosalía Sánchez

Rosalía Sánchez

Corresponsal en Berlín

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Serán los consumidores los que paguen el intercambio de aranceles entre la Administración estadounidense y las autoridades comunitarias. La presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, ha alertado sobre las consecuencias del «ojo por ojo» comercial entre Washington y Bruselas y ha estimado que los aranceles del 25% impuestos por Estados Unidos a las importaciones de productos europeos reducirán el crecimiento de la eurozona en aproximadamente 0,3 puntos porcentuales durante el primer año. «Una respuesta europea en forma de aumento de los aranceles sobre las importaciones de Estados Unidos aumentaría aún más esta cifra hasta aproximadamente medio punto porcentual», ha calculado también Lagarde durante su intervención en la comisión de Asuntos Económicos y Monetarios del Parlamento Europeo.

La presidenta del BCE ha apuntado que el mayor impacto sobre el crecimiento económico «se concentraría en torno al primer año tras el aumento de los aranceles» y que luego, «disminuiría con el tiempo, aunque dejaría un efecto negativo persistente sobre el nivel de producción». En este sentido, ha advertido de que en un mundo interconectado, «el aumento de las fricciones comerciales es perjudicial para el crecimiento y el bienestar global» porque «elevan los costes, perturban la producción y, a menudo, conducen a un ajuste de las cadenas de suministro». «Esto también fomenta las políticas de represalia 'ojo por ojo', socavando aún más los beneficios del libre comercio», ha subrayado, antes de recordar que en tal escenario, las perspectivas de inflación se volverían «significativamente más inciertas». «A corto plazo, las medidas de represalia de la UE y un tipo de cambio del euro más débil, resultante de una menor demanda estadounidense de productos europeos, podrían elevar la inflación en torno a medio punto porcentual», ha explicado Lagarde. En su opinión, «el efecto disminuiría a medio plazo debido a que la menor actividad económica amortiguaría las presiones inflacionistas».

Además de hablar sobre las consecuencias de los aranceles, Lagarde ha expuesto a los eurodiputados la evolución de la política monetaria del BCE y ha asegurado que «estamos decididos a garantizar que la inflación se estabilice de manera sostenible en nuestro objetivo del 2% a mediano plazo y seguiremos un enfoque dependiente de datos y reunión por reunión» y ha incidido en el hecho de que «las estimaciones actuales sobre la macroeconomía de la zona euro están sujetas a una incertidumbre muy alta». En las actuales y excepcionales circunstancias, el BCE considera pertinente reevaluar el objetivo de inflación que por estatutos debe perseguir el BCE. Lagarde ha informado que «la interrupción del objetivo aún está bajo investigación» y que «una gran firma de auditoría será contratada para investigar la interrupción del objetivo».

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