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especial hidrógeno verde

El hidrógeno verde como gran vector de descarbonización entra en la pista de despegue

Con una decidida apuesta tecnológica e inversora, España toma posiciones como gran 'hub' europeo de futuro de un factor clave en la nueva ecuación energética

El hidrógeno verde coge velocidad como gran vector de la movilidad del futuro

Abaratar los procesos y mejorar la conexión entre generación y consumo son desafíos a corto plazo ABC
Belén Rodrigo

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España ha realizado una clara apuesta por el hidrógeno verde en su camino hacia la descarbonización. Con su Hoja de Ruta, presentada en octubre de 2020, se marcaron los primeros pasos en la implantación de esta tecnología renovable. El objetivo inicial era llegar a 2030 con 4 gigavatios de potencia instalada de electrolizadores, pero se espera que la actualización de este documento, prevista para este año, marque metas más ambiciosas, tal y como ha hecho Europa.

Se trata de una apuesta necesaria ya que como recuerda Marta Sánchez Álvarez, socia responsable de Estrategia y Consultoría para el sector de Energía de EY, «el objetivo marcado para la descarbonización de la industria y del transporte no se puede cumplir sin el hidrógeno verde. No es la única solución, cualquiera de las empresas de estos sectores tiene varios proyectos e iniciativas, pero hoy por hoy es necesaria para llegar a los objetivos de reducción de emisiones». Antonio Hernández, socio de sectores regulados, análisis económico y sostenibilidad de EY Consulting, no tiene dudas de que el hidrógeno verde «jugará un papel importante en los procesos de descarbonización de industrias con mayor consumo calorífico». Se debe tener en cuenta que España, por su abundancia relativa en fuentes renovables, puede beneficiarse de precios competitivos del hidrógeno a medio plazo y atraer inversiones industriales del exterior. «Para ello, es muy importante que la planificación de nuestras redes eléctricas se anticipe y se adecue para satisfacer las necesidades de estos procesos de descarbonización industrial», puntualiza.

El hidrógeno verde se consigue mediante un proceso de electrólisis impulsada con energías renovables como la eólica o la solar. «Es un proceso muy sencillo, que utiliza una tecnología que no es compleja, pero hace falta que sea competitivo», recuerda Marta Sánchez. Pero su uso son todo ventajas porque «tendríamos independencia energética y a priori un coste de energía más competitivo en el mundo». Se trata de un recurso más fácil de obtener que otros, «viene del H2O y te reduce la dependencia energética de fuentes fósiles. Tienes una fuente de energía para transformarla y transportarla», indica Antonio Hernández. Cabe recordar que España consume al año 500.000 toneladas de hidrógeno industrial. Un hidrógeno fósil que se debe sustituir por el renovable al menos un 25% en 2030.

Desde la Asociación Española del Hidrógeno (Aeh2), que representa a más de 400 socios de toda la cadena de valor, su presidente, Javier Brey, señala la consecución de los objetivos, en algunos casos incluso superados. Esa hoja de ruta habla de una inversión de 8.900 millones de euros en proyectos de hidrógeno verde en 2030. «Hemos hecho un censo en la asociación y hemos contado proyectos por valor de 21.000 millones de euros. Si bien puede haber otros planes que no sean de nuestros socios y también proyectos que no se materialicen, el indicador es superior al objetivo», afirma Brey. En cuanto a los gigawatios, la Hoja de Ruta habla de 4 y en el censo de la Aeh2 los proyectos planean llegar a 10GW.

Otro indicador que se puede analizar es el de las estaciones de servicio de hidrógeno. La idea es tener en 2030 entre 100 y 150 hidrogeneras aunque el año pasado Europa estableció que España llegue a las 110 estaciones en 2027. «En los censos nuestros socios promueven 34 estaciones de servicio en 2030. En este aspecto estamos cortos. Hay que mejorar, quizás con convocatorias específicas, otra regulación…», alerta el presidente de la asociación. En cuanto a los trenes, los datos son de nuevo positivos ya que se espera tener dos líneas funcionando en 2030 y en el censo aparecen seis proyectos de ferroviaria.

IPCEI Hy2Tech y IPCE Hy2IUse son los dos megaproyectos europeos en materia de hidrógeno verde que van a recibir cada uno de ellos más de 5.000 millones de euros de financiación de Bruselas. «En el de desarrollo de tecnología participan 41 empresas de las cuales hay cuatro españolas. En el de uso de hidrógeno, de los 35 subproyectos, siete son españoles. El peso de España es de un 10% en tecnología y de un 20% en el uso de hidrógeno. Tenemos un papel importante en Europa», valora positivamente Javier Brey.

Desde hace ya años que se habla de España como un potencial 'hub' europeo de hidrógeno verde. Para la socia en el sector de Energía de EY, esto ocurrirá si se consigue «tener una base en España de generación conectada con consumo y tener desarrollado el transporte entre esa generación y el consumo. Debe existir un compromiso en la generación y demanda de consumo en los proyectos». Recuerda también que el hidrógeno como negocio tiene un modelo en el que el desarrollo de la generación debe ir acompañado en cerrar acuerdos a largos plazos con los que lo van a consumir. «Es muy difícil que la generación de hidrógeno se desarrolle si no hay demanda que se comprometa», puntualiza.

Existe también el problema del precio, que de momento no es competitivo. Para que se abarate «tenemos que despegar muchas renovables que alimenten ese hidrógeno y que la red de transporte y distribución crezca lo suficiente como para permitir esa cantidad de energía renovable», aclara el socio de sectores regulados de EY Consulting. No obstante, cree que España está bien posicionada como 'hub' por todo el esfuerzo que ha hecho en infraestructura de gas, «no solo los gaseoductos sino también las regasificaciones y los almacenamientos subterráneos para no depender solo de Argelia». Es el momento de potenciar todo ello con una fuente que va a ser producida en España, «Todo este buen hacer se puede aprovechar para generar valor y que salga fuera», dice.

En este momento los proyectos en marcha hablan de un valor medio de 5,5 euros el kilogramo de hidrógeno verde y si bien la Hoja de Ruta no habla de un objetivo en cuanto al valor, el sector espera llegar un día a un precio de entre 1 y 2 euros el kilo para poder ser competitivos. Para ello, según señala Javier Brey, será necesario «reducir el coste de los electrolizadores y que sean más grandes». Además, hace falta que mejore la eficiencia de dichos electrolizadores para conseguir más hidrogeno con menos energía. «Se espera un aumento del 10% de eficiencia», resalta. Y por otro lado, «hay que reducir el coste de la energía eléctrica». Las nuevas plantas de hidrógeno verde deberán ir acompañadas de energía renovable que lo alimente y aunque aumenta la inversión, abarata el precio del hidrógeno.

Alejandro Diego, profesor del EOI, lleva doce años impartiendo clase en el Máster de Energías Renovables. En esta escuela se ha apostado por un Programa Ejecutivo en Hidrógeno Renovable. «Hace cinco años el hidrógeno verde no entraba en la ecuación energética, pero ha habido mucha presión por parte de grupos potentes para impulsarlo y desde Europa aceptaron el reto», comenta el docente. Reconoce que en un principio era bastante escéptico pero ahora cree que «puede tener un peso importante en la transición energética en la cual hacen falta todas las tecnologías que demuestren ser competitivas».

Talento necesario

También responsable del departamento de investigación de Worlwide Recruitment Energy, Alejandro Diego habla del enorme incremento de la demanda a corto plazo de profesionales de este sector. Hacen falta ingenieros (sobre todo químicos, de energía, de minas e industriales), físicos, pero «también personal para el desarrollo de negocio, comerciales con perfil técnico, operarios, programadores y técnicos de puesta en marcha y mantenimiento». Asegura que en estos momentos apenas existe en España una decena de especialistas en plantas de hidrógeno. «Hace falta entender la instalación de una planta de hidrógeno verde, diseñarla, saber cómo es todo su proceso y su mantenimiento. Y son muy pocos los que tienen esa visión conjunta. Es una tecnología que si bien ya está inventada, se está integrando y desarrollando».

El docente hace referencia al recientemente anunciado Banco Europeo del Hidrógeno para impulsar la economía del hidrógeno en Europa. «Me tranquiliza ver el impulso europeo porque hay cierto miedo que sea una moda pasajera», resalta. Cree muy importante que exista una Hoja de Ruta y una políticas que apoyen esta apuesta. El Banco Europeo de Hidrógeno creará una plataforma de subastas de la UE que ofrezca «subastas como servicio» para los Estados miembros. De momento se están diseñando las primeras subastas piloto y su lanzamiento está previsto para otoño de 2023, con el apoyo de 800 millones de euros del Fondo de Innovación.

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