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Geoingeniería, el controvertido plan para jugar a ser Dios con el clima

Las empresas abrazan proyectos de control del tiempo, unas técnicas en las que algunos ven un elemento esencial de prevención y otros una nueva e imprevisible arma en la lucha de poder global

La Aemet avisa de la llegada de Babet junto a una «espiral de borrascas»: las zonas en alerta por lluvias

Pagar por respirar, un negocio cada vez más sólido

Existen distintas propuestas de geoingeniería que retoman el debate de los problemas derivados de las inestabilidad del tiempo
Alexia Columba Jerez

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¿Estamos preparados para condiciones climatológicas extremas y cada vez más frecuentes? La respuesta actual es claramente no, sin embargo hay voces que debaten sobre un plan B llamado geoingeniería para mitigar los efectos del cambio climático. Mientras que otras hablan de la manipulación del clima a modo de un termostato controlado a voluntad por el ser humano o los países. Estas ideas no son recientes. El ejército estadounidense ya reconoció que se hicieron pruebas de guerra meteorológica en Vietnam aumentando la acción de los monzones sobre los territorios del VietCong. La senadora demócrata Claireborne Pell al enterarse dijo que «lo que me preocupa no es hacer llover per se, pero cuando abres la caja de pandora ¿qué sale?».

(Mapa interactivo de geoíngeniería)

Según el panel intergubernamental para el cambio climático de Naciones Unidas la geoingeniería es la manipulación a gran escala del ambiente planetario con técnicas diseñadas para combatir el calentamiento global. Aunque también se usa en los últimos años a pequeña escala. Más allá del cambio climático, otra acepción es la modificación artificial del tiempo para provocar lluvia o nieve en periodos prolongados de sequía o impedir precipitaciones en determinados eventos, como sucedió durante los Juegos Olímpicos de Pekín.

Desde Bill Gates a Niklas Zennström, fundador de Skype, han apostado por ellas. Empresas como Exxon Mobil, BP, Shell o Chevron han patentado diferentes técnicas de geoingeniería. Para los más críticos es el parche o excusa perfecta para que las petroleras puedan seguir invirtiendo en los combustibles fósiles creyendo que esta solución puede liberarlos de reducir su actividad. La geoingeniería ni es ciencia ficción ni es una idea lejana: en Cataluña, la Rioja o Castilla La Mancha se usó yoduro de plata contra el granizo durante 20 años. Y actualmente podemos encontrar ejemplos de geoingeniería en Aragón o Gran Canaria.

Entre las técnicas existentes la más popular es la de inyectar sulfatos u otros productos químicos en la estratósfera para bloquear la luz solar con el objetivo de reducir la radiación que llega a la tierra. De forma natural ya lo hizo la erupción masiva del Monte Pinatubo, en Filipinas en 1991. Arrojó toneladas de dióxido de azufre al cielo que redujeron las temperaturas globales 0,5 ° C en los siguientes dos años. Otras propuestas son la de blanquear las nubes marinas para que reflejen más luz solar hacia el espacio, una recomendación que ya aparece en los documentos dirigidos a Lyndon Johnson en 1965; capturar el CO2 para después enterrarlo en pozos de petróleo ; tener grandes plantaciones de árboles transgénicos para que consuman carbono o reflejen más la luz solar; fertilizar los océanos para estimular el crecimiento del plancton para que que absorba más CO2.

Y una de las técnicas más mediatizadas por los proyectos que están realizando los chinos es la 'siembra de nubes', con aviones militares y usando yoduro de plata para provocar lluvias o nieve artificial. De hecho, Daniel Rosenfeld, profesor de Ciencias de la Tierra en la Universidad Hebrea de Jerusalén, llegó a decir que «mediante la siembra de las nubes el precio del agua que se genera no llega a los 3,4 céntimos de euro por metro cúbico. Es 10 veces más barato que la desalinización» El problema es que tales iniciativas podrían desencadenar una 'guerra climática' entre países, con perdedores y ganadores, según dispongan de esta tecnología o no.

Es lo que Luis Enrique Martín Otero, coronel veterinario y colaborador del centro de vigilancia sanitaria veterinaria de la UCM, llama una amenaza silenciosa. «Dado que hay un uso dual de la manipulación del tiempo, para producir lluvias en caso de una sequía, pero también para atacar a otro país como arma disuasoria», afirma. Juan Esteban Palenzuela, delegado territorial de Aemet en la Región de Murcia, detalla a ABC «que incluso aunque solo un país desarrolle la geoingeniería, ésta puede afectar a los países vecinos dadas las corrientes marinas o los vientos». Según el climatólogo Alan Robock esto amenazaría a dos mil millones de personas.

Y también se habla de hidroguerras e hidrodominación, de los cazadores de icebergs cerca del Ártico en el suculento negocio del agua embotellada y el calentamiento global, de presas que provocan el hambre en países en disputa. En definitiva, un mundo sediento y en el que pueden darse auténticos señores del agua. En ese sentido, la ONU destaca que hay 300 conflictos abiertos por este líquido elemento. Así, según datos de la OMS y de UNICEF, solo en América Latina y el Caribe ya 161 millones de personas no disponen de agua gestionada de forma segura.

No en vano, J. F. Kennedy señaló con perspicacia: «Quien sea capaz de resolver los problemas del agua, será merecedor de dos premios Nobel. Uno por la ciencia y el otro por la paz».

Índice de probabilidad de conflictos

territoriales por agua en 2050

Tomando como escenario base el periodo 1997-2012

Baja

Alta

Resultados estimados

en un escenario futuro

de cambio climático

moderado

Fuente: Global Enviroment Chage (Vol.52) / ABC

Índice de probabilidad

de conflictos

territoriales por

agua en 2050

Tomando como escenario

base el periodo 1997-2012

Baja

Alta

Resultados estimados

en un escenario futuro

de cambio climático

moderado

Fuente: Global Enviroment Chage (Vol.52) / ABC

La idea, frente a problemas que se están gestando de fondo, es evitar la 'próxima Siria', Jesús Gamero, analista de la Fundación Alternativas, explica que las sequías acabaron con los recursos de la zona para los agricultores sirios, provocando una gran cantidad de desplazados a las ciudades, y siendo uno de los detonadores de esa guerra.

Además un informe de la Universidad Nacional de Taiwán establecía que la manipulación del tiempo puede llevar a acusaciones de 'robo de lluvia' por apropiarse el vapor de agua de la atmósfera, como ha sido el caso entre China y la India. De ahí, que la UE haya hablado de crear un gemelo digital de la Tierra o empresas como Nvidia hayan propuesto construir la supercomputadora de inteligencia artificial más poderosa del mundo para observar mediante modelos informáticos los posibles efectos de la geoingeniería, sin necesidad de jugar a ser Dios en el mundo real.

Ganar tiempo

Mientras, algunos investigadores consideran que la manipulación del clima es una manera de comprar tiempo para el despliegue de los planes a más largo plazo que pretenden mitigar los efectos del cambio climático. El fondo de capital de riesgo de Bill Gates sobre cambio climático apoya a las start-ups orientadas en este campo. Bajo el nombre de SCoPEX, uno de los proyectos avalados por el millonario en la Universidad de Harvard era de geoingeniería solar, aunque terminó siendo suspendido ante los temores de distintas comunidades indígenas. Consistía en lanzar globos a la estratosfera sueca, rociarla con distintas partículas y analizar su eficacia para reducir la radiación que llega a la Tierra.

Pese a las reticencias, Ken Caldeira, miembro del Departamento de Ecología Global del Carnegie Institution for Science, señala a ABC que «si la gente decide que los efectos del calentamiento global son intolerables, la geoingeniería solar sería la única forma oportuna de aliviarlo. Las transiciones del sistema energético toman muchas décadas. Es fundamental desarrollar información confiable ahora para que, si alguna vez surge ese escenario, se actúe con prudencia».

Una propuesta más reciente ha sido la del MIT usando 'burbujas espaciales' que reflejan la luz solar lejos de la Tierra para enfriarla. Eso evitaría inyectar partículas potencialmente dañinas en la atmósfera, ya que se haría en el espacio. Y si tienen un efecto no deseado, esas burbujas podrían romperse rápidamente.

Lo cierto es que el mundo empresarial ha puesto su interés en el control del tiempo. Empresas como BHP u Occidental Petroleum han invertido 70 millones de dólares en la compañía Carbon Engineering, centrada en la captura de CO2. Incluso hay compañías como la francesa Oliver´s Travel que se ofrecen a alterar las nubes a la carta para tener un cielo despejado para la celebración de bodas por 200.000 dólares. La cuestión pendiente es una legislación concreta que solo lo prohíbe en caso de no tener fines pacíficos.

En ese sentido, los proyectos de control del clima surgieron en el ámbito militar, en tiempos en los que se pensó en usar el clima como arma. Y ahora Otero dice que «el cambio climático puede ser la nueva amenaza de destrucción masiva del siglo XXI». En su informe para la IEEE, señala que «la manipulación del clima puede usarse para desestabilizar economías, ecosistemas y la agricultura. También puede provocar el caos en los mercados financieros. La guerra del Medio Ambiente puede sonar nueva, pero se ha investigado durante años».

Otero señala que ya en 1952 en el Reino Unido la RAF llevó a cabo pruebas con la lluvia. La Air University en EE.UU. elaboró el estudio 'Air Force 2025', que dice que en este año las fuerzas estadounidenses pueden «poseer el tiempo» por la utilización de las nuevas tecnologías. Otero detalla que el programa tecnológico Haarp situado en Alaska, podría funcionar emitiendo ondas de radio de gran alcance, capaces de crear modificaciones en la ionosfera para alterar los patrones climáticos. Está financiado por las Fuerzas Aéreas de los EE.UU. y la Universidad de Alaska para simular y controlar los procesos de la ionosfera.

Su uso bélico lo mencionaron los políticos rusos ante el Parlamento de la Duma. La contraparte rusa es el proyecto Sura. Está ubicado a 100 km al este de Nóvgorod. De hecho tras el incidente en Chernóbil para evitar que la radiación se dirigiera a Moscú varios aviones provocaron lluvias de forma artificial. Y el equivalente europeo es el programa Eiscat, en el archipiélago de Svalbard (Noruega).

Y en China, el 1 de julio de 2021, el partido comunista chino cumplía 100 años y para tener un cielo despejado y mejorar la calidad del aire se sembraron nubes, según afirmaron los investigadores de la Universidad de Tsinghua. Además con la disminución de las nevadas en la meseta tibetana, que es una importante fuente de agua para Asia, el gobierno comenzó a desplegar unos hornos de yoduro de plata para 'sembrar' nubes sobre la región. El plan ha sido denominado el «proyecto de modificación del clima más grande jamás realizado», el Tianhe o Sky river. Y planea ampliar su programa de lluvia y nieve artificial para que cubra el 60% de su territorio en 2025.

John C. Moore, científico de la Universidad Normal de Pekín, explicó a los medios que 50.000 municipios chinos siembran nubes para evitar daños en sus cultivos. Todo esto alimenta las preocupaciones de los países vecinos. También están surgiendo rivalidades en Oriente Medio, Emiratos Árabes Unidos ha invertido millones para exprimir hasta la última gota de las nubes usando yoduro de plata y nanotecnología, para la familia gobernante un suministro de agua es igual de importante que sus reservas de petróleo o gas.

Controversia

El tema del yoduro de plata, como técnica de geoingeniería para evitar el granizo es algo que ha generado cierta preocupación por los periodos de sequía, de ahí que Jesús Causapé, científico titular del Instituto Geológico Minero de España que pertenece al CSIC, analizó la presencia de yoduro de plata en el entorno de la laguna de Gallocanta. en Aragón, donde desde los setenta se lleva usando para la lucha antigranizo, «No registramos valores altos en los suelos, salvo en las cercanías de los generadores de yoduro de plata. Y en el cereal o en las ovejas de la zona observamos que son capaces de absorber la plata que hay en el medio, es decir lo asimilan. Y continuamos con el estudio para saber si la plata está o no disminuyendo las lluvias».

En zonas como Aragón para la lucha antigranizo destaca el Grupo SPAG. Alberto Gerada, director de operaciones de la compañía, señala que «es la mayor empresa que hay en el mundo que fabrique este tipo de sistemas por alcance y facturación de mercado. Debido al desconocimiento generalizado, Gerada señala que confunden su sistema con el yoduro de plata que tiene una actuación química, mientras que el suyo es puramente físico. «Usamos una onda de choque cada siete segundos que se expande desde la superficie a la atmósfera y va friccionado el granizo que cae. El resultado final es que cae agua, y si el granizo era originalmente más denso cae escarcha, pero en un estado que no daña al cultivo. Minimizamos los efectos del granizo, reduciendo del 100% de daño al 35%». 

Otro proyecto de geoingeniería se da en Gran Canaria, investigadores participaron en el Proyecto OceanNETS. Se ha investigado la meteorización optimizada que implicaría disolver minerales triturados en el mar para que reaccionen y fijen el CO2 en los océanos. Lo que está claro es que la caja de pandora está abierta y la pregunta del millón al final del día sería, pero ¿quién tiene el mando?

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