El fantasma de los altos precios de la luz regresa en plena ola de calor
La primavera, gracias a las renovables, tuvo unos precios históricamente bajos, algo que será normal en el futuro
Los consumidores cada vez tienen más herramientas para poder elegir las tarifas adecuadas en función de su consumo
Las primeras olas de calor intenso han llegado a España. Los termómetros se han disparado en todos los puntos de la península, y eso ha provocado de inmediato un aumento del consumo eléctrico. El aire acondicionado se ha convertido en el mejor aliado. Esta situación ... tiene un reflejo directo en los precios del mercado eléctrico que, en muchos días de julio, rondan los 100 €/MWh. El problema para los consumidores, que durante estas semanas harán uso intensivo del aire acondicionado, es que tendrán que afrontar estos elevados precios durante varias semanas.
Los fines de semana serán los únicos días que den un respiro a los bolsillos, aunque con precios que estarán sobre los 50 €/MWh. Una cifra muy lejana a los 13 €/MWh de media que marcó abril, o los 19 €/MWh que marcó el mercado eléctrico en mayo. Unos datos que han supuesto récord por la cantidad de horas donde la luz costaba cero euros. Aunque el cliente, en realidad, termina pagando más en su factura por los impuestos y peajes. Esa situación de precios, que por el momento ha sido algo excepcional –y que se consiguió gracias a que todas las renovables tuvieron un gran desempeño–, es algo que dentro de unos años será más habitual.
Por el momento, toca esperar. Ayer, según los datos que hace públicos OMIE, el operador del mercado, el precio medio fue de 94 €/MWh. Y varios días de este mes, desde que han empezado las olas de calor, la barrera psicológica de los 100 €/MWh pasa en algunos momentos del día.
Según los expertos consultados por ABC, hay una acumulación de factores que provocan estos precios cercanos a los 100 euros, algo que ya tenían previsto en el sector. El CEO de Aleasoft, Antonio Delgado, explica que la horquilla de precios para las próximas semanas en el mercado mayorista es la normal ante las circunstancias que están sucediendo.
Por un lado hay un repunte de la demanda eléctrica, debido al calor, que provoca que la gente conecte el aire acondicionado a la máxima potencia. Esto ya supone un factor de mercado para que los precios repunten. Además, recuerda Delgado, el verano es una época poco ventosa, algo que impacta en una menor generación eléctrica a partir de energía eólica, y que no ayuda a conformar un mix con energía más barata.
En esta coctelera de precios altos también impactan los costes del gas, que es una de las tecnologías clave de apoyo al sistema. Un mayor precio de esta materia prima repercute en la configuración final de la electricidad. Y esto, a su vez, viene afectado por un aumento del consumo a nivel europeo.
El analista energético de Ignis, Pedro Cantuel, es muy rotundo e insiste en que «los precios en este inicio de verano son los que esperábamos, viendo la evolución del mercado durante junio. El inicio del calor, que impulsa la demanda, y la menor generación eólica hace que los ciclos combinados de gas marquen precios muchas más horas que en meses atrás».
Cantuel deja claro, sin que haya lugar a especulaciones, porque este verano la luz va a estar cara: «Nos movemos en un escenario de precios muy altos cuando el gas es protagonista, por la situación actual del mercado de gas europeo e internacional, y precio moderados cuando tenemos disponibilidad de recurso renovable».
Nuevos consumos, mayor precios
En esta espiral de precios, Antonio Delgado pone de manifiesto una relación entre los precios, el consumo y la demanda. Advierte de que cada vez hay más espacios que no se pueden refrigerar bien con los sistemas actuales. Es decir, que ni los aires acondicionados enfrían debido al alto calor.
Esto provoca que la gente eleve las potencias al máximo, o que en ámbitos empresariales se han instalado más equipos. Esto aumenta el consumo de electricidad de manera inmediata, y eso a su vez repercute de nuevo en la composición de los precios por las dinámicas del mercado.
A esta situación concreta del verano se suma que poco a poco se van incorporar al sistema grandes demandantes de energía, como es el caso de los centros de datos, y eso genera de nuevo más necesidad de electricidad que provoca tensión en los precios.
Alternativas
Los clientes pueden hacer poco para enfrentarse a este tipo de situaciones a corto plazo. Cambiarse de tarifa, ya sea a la tarifa regulada (PVPC) o la tarifa libre, puede tardar algunos días. Además, se ha comprobado en los últimos meses que ambos modelos tienen cosas buenas y malas.
La solución puede pasar por una tercera vía: las tarifas indexadas, que están dentro del mercado libre. Con los altos precios vividos en 2022, muchos hogares decidieron contratar tarifas fijas para tener más estabilidad ante la volatilidad de precio que arrojaba el mercado. Sin embargo, «el contexto ha cambiado de manera importante», señala a ABC el responsable de Operaciones de la comercializadora eléctrica Chippio, Pol Brau.
El portavoz de la eléctrica explica que una de las soluciones para tener lo mejor de ambos mercados es «optar por tarifas indexadas para aprovechar los bajos precios para ahorrar en la factura de la luz, además de aprovechar la generación renovable y ser más sostenibles en el consumo». Las fórmulas fijas ofrecen precios delimitados por contrato y sin tener en cuenta el precio de generación de la energía.
Por otro lado, la tarifa regulada (PVPC), ofertada desde 2014 para ofrecer un servicio a precio de mercado diario, ha incorporado desde enero un componente fijo en su cálculo a través del mercado de futuros. Esta medida tomada para reducir la volatilidad de precios que tanto afectó a los consumidores durante la crisis de precios de 2022, ha sido contraproducente debido a los bajos precios del mercado diario. Esto provocó que esta fórmula se encareciese un 10% en enero frente al antiguo cálculo fijado solo al precio diario.
El problema, según explica el experto de Chippio, es que ninguna de las dos tarifas recoge en estos momentos el beneficio en la factura cuando bajan los precios, pero si hay subidas, sí se ve reflejado.
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