Enagás pide al Gobierno una retribución del 7 u 8% para las infraestructuras de hidrógeno que pagarán los consumidores
El grupo reduce el dividendo para el periodo 2024-26 desde los actuales 1,74 euros la acción a 1 euro
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El consejero delegado ejecutivo de Enagás, Arturo Gonzalo, ha defendido la existencia de un «sistema regulado» desde el inicio para impulsar el desarrollo de las infraestructuras para el hidrógeno y ha estimado que una tasa de retribución razonable estaría en torno al 7 u 8%.
En una rueda de prensa para presentar los resultados de 2023 y los objetivos para 2024, Gonzalo indicó que ahora la decisión a adoptar es si el hidrógeno cuenta con un sistema regulado desde el principio. «Y todo hace pensar que va a ser así», dijo, añadiendo, eso sí, que es una decisión que debe tomar el Gobierno y el regulador.
El CEO ha lamentado que el Gobierno no actualice los ingresos regulados con la inflación y los tipos de interés. De hecho, en 2023 obtuvo 48 millones menos por este concepto y para 2024 espera un recorte de 50 millones. «Por ese motivo, nos hemos apretado el cinturón, ajustando al máximo los gastos operativos y financieros».
Gonzalo consideró que el desarrollo de las infraestructuras necesarias para impulsar el hidrógeno, como la red troncal para España o el H2Med, contarán con una combinación de financiación comunitaria y un componente asumido por los países beneficiarios, aunque apuntó que «en última instancia lo pagarán los consumidores descontando las ayudas públicas». Recordó que, al igual que sucede en los sistemas eléctrico y gasista, «los costes se pagan a través de peajes y tarifas».
Dentro de este proyecto de la compañía, Gonzalo destacó que los activos de hidrógeno del grupo superarán ya en 2030 a los de gas natural, con unos 3.000 millones de euros frente a unos 2.000 millones.
Inversiones solo en la UE
Por otra parte, aseguró que la estrategia de Enagás se focaliza hacia proyectos para la seguridad de suministro y descarbonización en España y en Europa, por lo que los activos en América del grupo, entre ellos la estadounidense Tallgrass Energy, «no son estratégicos a largo plazo». Prueba de ello es que el grupo obtuvo el año pasado 70 millones de euros de dividendos de Trans Adriatic Pipeline (TAP).
Gonzalo también defendió el ajuste en la política de retribución a sus accionistas aprobada por la compañía para el periodo 2024-2026, con un recorte del dividendo a un euro por acción frente a los 1,74 euros previstos anteriormente, ya que permite «prepararse para una etapa de inversión más intensa» y crear «un proyecto» para la empresa. «Este ajuste del dividendo está asegurando los dividendos sostenibles del futuro. Proponemos a nuestros accionistas y al mercado un proyecto de crecimiento que para acometer ese futuro de constructor y operador de redes de hidrógeno requiere crear un margen de maniobra en flujos y generación de caja», dijo.
Enagás estimó la inversión total bruta estimada en la red de hidrógeno en las infraestructuras de transporte de hidrógeno presentadas a Proyectos de Interés Común (PCI) -incluyendo la parte correspondiente del corredor europeo de hidrógeno H2Med- en unos 5.900 millones de euros.
De ellos, unos 4.900 millones corresponderán a la infraestructura española de hidrógeno y otros 1.000 millones de euros a la parte de España de los 2.500 millones de euros a que ascenderá el H2Med.
Así, considerando unas ayudas públicas del entorno del 40%, la compañía cifra una inversión neta de unos 3.200 millones de euros en el periodo 2026-2030, unos 2.500 millones de euros por encima de lo que recogía en su plan estratégico -que actualizará este año-, ya que apenas se incluían 700 millones de euros para hidrógeno.
Beneficio de 342,5 millones
Por otra parte, el beneficio después de impuestos en 2023 ascendió a 342,5 millones de euros, un 8,8% menos, pero superando lo anunciado en su Plan Estratégico 2022-2030 y por encima del rango del objetivo previsto para el año. El ebitda se situó en 780,3 millones de euros.
«Este buen comportamiento se debe a la efectividad del plan de eficiencia de la compañía, que ha permitido un control de los gastos operativos en línea con el ejercicio 2022 y un resultado financiero mejor de lo previsto, así como a los buenos resultados de las sociedades participadas», apuntó Arturo Gonzalo.
A 31 de diciembre, la deuda neta de la compañía se situó en 3.347 millones de euros, por debajo del objetivo de 3.700 millones de euros, y está cubierta a tipo fijo en más de un 80%, lo que permite mitigar el impacto de la volatilidad de los tipos de interés. El coste financiero de la deuda bruta es 2,6% y la deuda tiene una vida media de 4,9 años tras cerrarse con éxito el pasado 15 de enero una emisión de bonos de 600 millones de euros, con vencimiento a 2034.
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