la comisión trata de espantar las tractoradas
Bruselas estudia cambios legislativos para que los agricultores no vendan por debajo del precio de coste
El Ejecutivo comunitario realizará un análisis de la directiva sobre prácticas desleales y de las normas de importación para asegurar una competencia justa con terceros países
El organismo que preside Von der Leyen se compromete a aplicar una política más «coherente» para aplacar al campo europeo, que amenaza con protestas
Los Veintisiete aprueban aliviar las cargas burocráticas del campo

La Comisión Europea se ha comprometido a que los agricultores no tengan que vender sus productos por debajo del precio de coste, un problema recurrente y que afecta al sector a lo largo y ancho del continente. Este es uno de los compromisos -aún vagos- ... que incluye la 'Visión sobre la agricultura y los alimentos', un documento presentado esta tarde y con el que, un año después de las tractoradas que recorrieron Europa y cuando hay ruido de fondo para la reedición de esas protestas, el Ejecutivo comunitario pretende dar respuesta al creciente malestar del campo.
En líneas generales, en esta 'Visión' la UE promete revisar las políticas de importaciones para evitar la competencia desleal, reconsiderar futuras prohibiciones del uso de plaguicidas dentro del espacio comunitario y llevar a cabo reformas concretas -aún no se sabe cuáles- para que los productores no tengan que vender por debajo del precio de coste, que es la medida más grandilocuente de las que se han presentado hoy.
El Ejecutivo europeo dice comprometerse a asegurar que los agricultores «no se vean obligados sistemáticamente a vender sus productos por debajo del precio de coste». La promesa es llevar a cabo «acciones concretas» para cumplir con este compromiso, incluyendo una revisión de la directiva sobre prácticas comerciales desleales.
Este documento llega tras una ronda de reuniones con el sector y una semana después de que el organismo que preside Ursula von der Leyen se comprometiera a una flexibilización regulatoria muchas veces anunciada y que el campo -haciendo más ruido que ningún otro sector- lleva años reclamando.
En este sentido, otra promesa es la de reconsiderar cualquier futura prohibición de pesticidas si «no hay alternativas disponibles en un tiempo razonable». En paralelo, el Ejecutivo comunitario tratará de facilitar el acceso a biopesticidas, en línea con su política favorable a la agricultura sostenible, extremo que el plan presentado hoy no cambia. Por si había dudas, la Comisión ha señalado que los controles rigurosos de normas de seguridad alimentaria siguen siendo «una prioridad innegociable».
Más control de las importaciones
Otra de las novedades que contiene el texto es el anuncio de un mayor control en la importación de productos que no cumplan con unos estándares ambientales y sanitarios equivalentes a los que los agricultores de los Estados miembro están obligados a aplicar.
Es un documento escueto en detalles, una hoja de ruta para cambios legislativos que se empezarán a materializar hacia finales de año, pero en él la Comisión ya deja entrever que «no debería permitirse que los pesticidas más dañinos prohibidos en la UE por razones de salud y medioambientales entren en la UE a través de productos importados«, se lee en el texto.
La Comisión asegura que pretende aplicar «una mayor coherencia» en las importaciones; precisamente, de eso se quejan los agricultores, de que a ellos se les exijan unas obligaciones de calidad que no aplican a los productos que entran desde países terceros.
Para saber en qué queda todo esto, como ya se ha avanzado, habrá que esperar. En el calendario que se ha fijado la Comisión el primer paso será la realización de un análisis de impacto para estudiar la necesidad de cambios en la legislación actual. Sin embargo, paralelamente y en previsión de que algún Estado tercero lleve a cabo alguna acción de represalia, la UE ha anunciado la creación de lo que ha llamado una 'Red de Seguridad' para enfrentar «el riesgo potencial de competencia desleal y acciones unilaterales ilegales contra el sector agrícola europeo». Todo, para proteger al sector de cualquier tipo de «coerción económica», se lee en el documento.
Bruselas trata de alejar el fantasma de las tractoradas
El objetivo de todo este paquete es asegurar la supervivencia del campo europeo, que enfrenta un envejecimiento rampante: solo el 12% de los productores de la UE tienen menos de 40 años.
El anuncio llega en un momento crítico, justo cuando el sector amenaza con volver a paralizar las carreteras de todo el continente. Desde el arranque del año ya ha habido conatos de repetición de la 'revuelta agrícola', y en España, a finales de 2024 las tres principales organizaciones agrarias -Asaja, Coag y UPA- salieron a la calle en Madrid y agitaron ese fantasma.
Burocracia, regulación, envejecimiento, injusta competencia de precios con la distribución... Son muchas las cosas de las que se queja el campo, pero ahora el tema más candente es sin duda el Acuerdo de libre comercio UE-Mercosur, que si es ratificado por los Veintisiete -Francia lo pondrá difícil- levantará los aranceles con Brasil, Uruguay, Paraguay y Argentina (con cuotas máximas para productos sensibles).
Hay que tener en cuenta que ninguno de los acuerdos que la UE ha suscrito con terceros países cambia las normas de importación, las mismas que, según denunciaron fuentes del sector a este diario, ya están permitiendo la entrada de productos que no cumplen los entandares europeos; sirva de ejemplo el uso abusivo de los antibióticos en terceros países o de pesticidas.
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