Los nuevos impuestos al plástico y a los residuos, avanzadilla de los tributos verdes que vienen
El Gobierno ha aprobado en Consejo de Ministros el proyecto de ley que contiene ambas figuras para su remisión al Congreso de los Diputados, pero el Ejecutivo prevé más aumentos de la fiscalidad verde en los próximos años

El Gobierno ha aprobado esta mañana en Consejo de Ministros el proyecto de Ley de Residuos y Suelos Contaminados que contiene dos nuevos impuestos, sobre residuos y plásticos desechables, para que el Congreso de los Diputados los tramite. Los dos tributos suponen la avanzadilla de ... una senda para elevar la presión fiscal medioambiental en nuestro país, con la intención de acercarla a la media comunitaria, después de que Comisión Europea, FMI y OCDE hayan pedido en repetidas ocasiones a España aumentar sus ingresos en este ámbito. En el Plan de Recuperación enviado a Bruselas, el Gobierno recoge que en el tercer trimestre será cuando entren en vigor ambas figuras.
Los dos impuestos estaban incorporados en las previsiones de los Presupuestos Generales del Estado de 2021, estimando una recaudación conjunta de 1.352 millones de euros . Una previsión que era de 491 millones en el caso del impuesto al plástico y de 861 en el caso del de residuos. En concreto, el Ejecutivo incorporará un « impuesto al vertido y a la incineración para que la eliminación en vertedero sea la última opción », ha descrito la ministra de Hacienda y portavoz del Gobierno, María Jesús Montero, en rueda de prensa posterior.
Algunas comunidades tienen tributos similares, otras no, por lo que habrá una armonización en este sentido de estas figuras, algo reclamado desde hace años por el Consejo General de Economistas por la elevada dispersión tributaria al respecto. Así, se fijará un impuesto especial de 0,45 euros por kilogramos en los envases de plástico no reutilizables. La Unión Europea dio luz verde el año pasado a un impuesto comunitario que entrase este año sobre los plásticos, con un gravamen de 0,8 euros el kilogramo, así que a la larga esta figura debería ser integrada en las cuentas comunitarias.
Sin embargo, la propia Montero ha admitido en alguna que otra ocasión que ambos impuestos recaudarán menos de lo previsto en los Presupuestos , ante el retraso de su tramitación. La Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef), calcula que solo ingresarán una cuarta parte de lo que estimó el año pasado el Gobierno, 313 millones, con 98 procedentes del impuesto al plástico y 215 del de residuos.
Impuesto de matriculación y circulación
Junto a ello, el Gobierno recoge en el Plan de Recuperación remitido a Bruselas que «en el primer trimestre de 2022 se analizarán y revisarán los impuestos sobre matriculación y circulación ». En el segundo trimestre de 2022 se aprobará «la reforma del Impuesto sobre Gases Fluorados de Efecto Invernadero » con la intención de «garantizar un efectivo control de dichos gases de acuerdo con una regulación armonizada europea».
Más presión fiscal al diésel
Más adelante se abordará la fiscalidad del diésel. « En el cuarto trimestre de 2022 se revisará la imposición sobre los hidrocarburos », señala. «Los tipos impositivos en el Impuesto sobre Hidrocarburos son más elevados para la gasolina que para el gasóleo», recuerda el Gobierno en el documento remitido a Bruselas, añadiendo que para un mismo nivel tecnológico de motor, «la contaminación del diésel no es inferior a la gasolina».
El Ejecutivo ya incluyó una subida del impuesto al diésel en el proyecto de Presupuestos de 2021, si bien el PNV la eliminó a cambio de su apoyo a las cuentas, para la que preveía recaudar 500 millones. La equiparación total de impuestos al diésel y a la gasolina supondría 2.600 millones de euros más al año, según calculó en 2019 la Fundación Alternativas, ‘think tank’ próximo al PSOE, cuyo servicio de estudios estaba dirigido entonces por el actual presidente de los expertos para la reforma fiscal, Jesús Ruiz Huerta.
Otras figuras para penalizar el uso del coche
Como fuere, el Ejecutivo «considera precisa la revisión de las bonificaciones existentes en la actualidad en algunos carburantes empleados en automoción » por lo que «con el fin de lograr una movilidad más sostenible, deberán analizarse las figuras que gravan o que podrían gravar la utilización o disposición de vehículos o el uso de carreteras, entre otros ».
«En el cuarto trimestre de 2023 se realizará la revisión de otras figuras que inciden sobre la movilidad sostenible», sostiene. Precisamente, la Fundación Alternativas ya proponía en 2019 los «impuestos sobre el uso del vehículo», con «tipos impositivos variables en función de la localización, el momento del día y el tipo de vehículo». El objetivo, según el organismo, sería reducir la congestión, la contaminación, el ruido, los accidentes y el desgaste de la infraestructura.
Impuesto a los billetes de avión
También abre el Gobierno la puerta a elevar la presión fiscal a los viajes en avión, ya que se compromete a «revisar la fiscalidad del sector aéreo para actuar sobre las emisiones de esos sectores». Hacienda ya publicó en febrero de 2020 un proyecto para crear un impuesto a los billetes de avión. Sin embargo, poco después estalló la pandemia y ante la interrupción de la movilidad y el turismo, el plan se metió en un cajón. Según lo recogido por el Ejecutivo en el plan remitido a Bruselas, ahora este plan podría resucitar.
Un informe de la Fundación Alternativas elaborado, entre otros, por Xavier Labandeira, experto en el grupo de sabios de la reforma fiscal, calculaba que introducir un impuesto a los billetes de avión ingresaría 1.366 millones . Alemania, Francia -que empezó en 2020 con un gravamen de 1,5 euros por billete que puede escalar hasta los 18 euros, con una recaudación prevista de 180 millones-, Italia, Países Bajos, Suecia, Reino Unido, Austria y Noruega ya tienen tasas sobre la aviación.
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