La CNMV actuará contra Pescanova si no presenta sus cuentas hoy
La empresa oculta supuestamente una deuda adicional de 2.000 millones en sus filiales de todo el mundo
Desde que hace algo más de un mes presentó el preconcurso de acreedores, el presidente de Pescanova, Manuel Fernández de Sousa, se ha negado a desvelar la situación financiera real de la pesquera al consejo de administración, a sus acreedores y a las autoridades. Para ello ha agotado todos los plazos. Hoy termina el último. Bajo amenaza de sanción, deberá presentar antes de las doce de la noche esas cuentas a una Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) a la que ha agotado toda la paciencia.
El supervisor bursátil consideró insuficientes las cifras aportadas por el grupo el pasado día 5, la última fecha tope. Según fuentes cercanas a la compañía, el balance presentado por Sousa y su equipo no sería muy diferente al único que se conoce por ahora, y que recoge una deuda de 1.200 millones de euros, cuando los bancos acreedores estiman que podría rondar los 2.700.
El organismo presidido por Elvira Rodríguez dio entonces a Pescanova cinco días hábiles más, que terminan esta noche. Y amenazó con sanciones en caso de no hacerlo, lo que supondría, entre otras medidas, una multa y la suspensión o limitación en el cargo de sus directivos, que aún no han presentado en los juzgados el concurso voluntario de acreedores, como anunciaron que harían, precisamente porque para ello es necesario aflorar esa deuda.
Fuentes conocedoras del proceso creen que con toda seguridad el juez que se haga cargo del proceso destituirá a los actuales gestores y les embargará bienes, pues los indicios de irregularidades son altos. Sin embargo, y ante el riesgo de que esa decisión se retrase, la CNMV estaría dispuesta a actuar antes y forzar el cese fulminante de la dirección e incluso a llevar a sus miembros ante la Fiscalía por esas supuestas irregularidades.
De hecho, en el entorno de la pesquera pocos confían en que Sousa desvele hoy las cuentas reales del grupo. Hasta el pasado viernes, ninguno de los vocales del consejo había recibido notificación alguna. Además, varios consejeros, entre ellos José Carceller, en representación de Damn (6,18%), y François Tesch, de Luxempart (5,83%), podrían mostrar una vez más reticencias a firmar esos números.
Por su parte, los bancos acreedores (Sabadell, Novagalicia, CaixaBank, Popular, Santander, BBVA y Bankia, entre otros) ya han hecho provisiones por el 25% de las cantidades que les adeuda la multinacional. Y las dos entidades extranjeras que financiaron a Pescanova -Deutsche Bank y Royal Bank of Scotland- ya estudian acciones legales contra la compañía, como avanzó este diario el pasado viernes.
Suspicacias en el extranjero
Y es que el hecho de que una empresa que cotiza en Bolsa y del tamaño de Pescanova, con activos por 2.300 millones de euros, 10.000 empleados y presente en 20 países, haya llegado a esta situación ha generado fuertes suspicacias en el extranjero, como se lamenta en el entorno empresarial y político del país. Los inversores extranjeros no entienden si este caso es fruto sólo de una mala gestión o también de un fallo de supervisión.
Según fuentes financieras, Sousa y sus directivos afines estarían retrasando la presentación de esos números porque supondría poner al descubierto posibles irregularidades. Las entidades financieras acreedoras intuyen que el grueso de la deuda no aflorada por Pescanova, de cuya matriz cuelga un centenar de filiales, estaría oculta en varias de esas participadas en países de Iberoamérica, África y otras regiones en las que opera.
La deuda no aflorada en dichas sociedades, según esas fuentes, estaría entre los 1.500 y 2.000 millones de euros adicionales a los 1.200 reconocidos hasta hoy.
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