La víctima a su amiga, tras la presunta violación de Alves: «Me ha hecho mucho daño»
La acompañante de la joven relata que ésta no quería denunciar y que tenía pánico a que no la creyesen. Por su parte, ella ha ratificado la violación ante el tribunal
Alves pide anular su juicio por violación por vulneración de derechos

Tras la declaración de la víctima que, a puerta cerrada, ha ratificado el contenido de su denuncia, ha sido el turno de la amiga con la que acudió la madrugada del 30 al 31 de diciembre a la discoteca Sutton de Barcelona, donde Dani Alves la habría violado. A preguntas de la fiscal, la joven ha explicado que aquella noche el brasileño tenía una actitud «babosa». Y que tras lo ocurrido, su amiga le contó, entre lágrimas: «Me ha hecho mucho daño, me ha hecho mucho daño, se ha corrido dentro». Finalmente, pese a su negativa inicial, las jóvenes avisaron a los responsables de la discoteca para activar el protocolo contra agresiones sexuales, y éstos alertaron a los Mossos, que allí se personaron.
La denunciante, su prima y la amiga acudieron al local tras cenar en casa de esta última, y pasar previamente por otro bar cercano, Duplex. Ya en Sutton un grupo de mexicanos las invitó a una copa y, posteriormente, un camarero les indicó que desde otra mesa les quería invitar a una copa de cava. «Dije que no, cómo nos vamos a ir tan rápido a otra mesa, pero volvió a insistirnos y fuimos», ha detallado. En esa zona VIP había, según el relato de la testigo, dos chicas sentadas en un sofá. «Yo fui y saludé a estas dos chicas, una me negó el saludo. Luego saludé a este señor [en referencia a Alves] que estaba de pie. Le di un beso, estaba en actitud babosa. Me puso la mano en la espalda, bajó y casi me tocó el culo».
Ella se quedó con Bruno Brasil, amigo de Alves. «Pasaron cinco minutos desde que los habíamos perdido de vista», ha indicado en relación al futbolista y a la denunciante. Cuando Bruno le dijo: «¿Y si entramos?». «No entendía a que se refería». Asegura así que no sabía que el espacio donde se encontraban la joven y el exlateral del Barça era un baño, por lo que ella, que tenía que ir al lavabo, se dirigió al que conocía, en la planta de abajo.
«Cuando estoy abajo recibo un mensaje de la prima que me dice que [la denunciante] necesita irse. Sabía que algo malo había pasado. Subí corriendo. Me la encontré a medio camino llorando desconsolada, no la había visto llorar así en mi vida y la conozco desde que tiene tres años», ha declarado. Sus palabras fueron: «Me ha hecho mucho daño, me ha hecho mucho daño. Se ha corrido dentro». Ambas se pusieron a llorar. Lo mismo que ha sucedido con la amiga durante su declaración.
Según ha explicado ante el tribunal, la víctima se negaba a denunciar y a contar lo ocurrido. «Se van a pensar que yo solo busco dinero», le dijo, aún en el local. «Ella se iba a casa. Me decía todo el rato 'no me van a creer, me voy a casa'. Al final entró en razón, activaron el protocolo, y fuimos al Hospital Clínic. Ella en ambulancia». «No quería denunciar, nos costó horrores que denunciara. Estaba en shock», ha apuntado su amiga. Hoy en día, sigue «muy mal», ha perdido mucho peso, no se fía de nadie. «Cree que la están siguiendo, que le hacen fotos, no quiere salir de casa».
Durante este tiempo, ha indicado, no han entrado en detalles de lo que ocurrió en aquel lavabo de la zona vip. Sí contó a su amiga que la herida de la rodilla se la había hecho porque él la tiró al suelo. Sobre el estado actual de la víctima, ha indicado que está de baja, y que hasta la filtración de su imagen solo estaba en tratamiento psicológico. Ahora está bajo tratamiento psiquiátrico.
Por su parte, la defensa de Alves ha preguntado a la testigo si la denunciante bailó con el brasileño «rozando sus nalgas con las partes íntimas de éste». «No lo recuerdo», ha contestado la amiga. «¿Ella quería ir [al baño con él]?». «No lo recuerdo», ha repetido. Y es que la abogada Inés Guardiola abraza la tesis del coqueteo previo entre ambos que, tal y como recordó la Audiencia de Barcelona en uno de sus autos, no puede justificar la posterior agresión sexual.
Además, la penalista ha cuestionado por qué la denunciante primero comunicó a los Mossos que lo que había ocurrido era la «introducción de dedos» y no habló de agresión sexual con penetración. «Puede ser, en ese momento estaba muy nerviosa», ha apuntado la amiga.
El tribunal ha decretado una pausa de 45 minutos, tras la que proseguirán las testificales. Por su parte, esta mañana, la defensa de Alves ha solicitado la anulación del juicio al considerar que se habían vulnerado los derechos del brasileño, entre otras, con un «juicio paralelo y filtraciones». Petición que ha denegado la Sección 21, donde se celebra el juicio por el que el exlateral del Barça se enfrenta a una pena de hasta doce años de cárcel por violación.
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