el contragolpe
Simeone y la falta de ambición
«Con la actual plantilla, el Atlético de Madrid debería aspirar a algo más que quedar cada temporada entre los cuatro primeros de la Liga»
Dios y el Atlético

En el partido de Cornellà-El Prat, se vio claro que el objetivo de entrenador y dirigentes del Atlético de Madrid sigue siendo quedar entre los cuatro primeros, como demuestran sus manifestaciones de que la presente está siendo una gran temporada. Otros pensamos que, con ... la actual plantilla, el equipo debería aspirar a más. Sin embargo, el pasado sábado, se pecó una vez más de conformismo, cuando quedaban todavía algunas mínimas posibilidades de ganar la Liga… que se esfumaron definitivamente.
Al Atleti le falta ambición para buscar el segundo gol cuando consigue el primero, en lugar de dedicarse a defender con uñas y dientes el preciado botín. No parece apostar decididamente por la victoria. Tras el golazo de Azpilicueta, en el segundo tiempo y como tantas otras veces, los jugadores se echaron atrás. Y pasó lo que suele pasar cuando se juega así: el otro equipo te acaba empatando, esta vez de penalti, como tantas otras de un rebote o de un error en la salida del búnker. Y que no se diga que no le queda otra cuando compite contra Real o Barça, porque juega exactamente igual cuando lo hace contra Espanyol o Getafe.
Para algunos colchoneros Simeone es una especie de Dios al que no se puede cuestionar lo más mínimo sin incurrir en herejía. Imparten carnés de cristianos/forofos viejos. En el mejor de los casos, su opinión es tan respetable como cualquier otra. Hay muchas maneras de ser del Atleti y nadie tiene la exclusiva de los sentimientos rojiblancos. Quien esto escribe puede aducir circunstancias personales, la preferencia por el uniforme y muchas otras razones, que nada tienen que ver con el nombre del entrenador de turno.
En el partido de vuelta de semifinales Copa, el Atleti se echó atrás desde el principio. No fue rival de los culés, sin ideas ni esquema de juego, desquiciado e incapaz de dar dos pases buenos seguidos. El Barça nos pasó por encima. En el segundo tiempo al menos se intentó algo (qué menos, en casa y eliminados), pero apenas se inquietó al guardameta contrario. La dura realidad es que sus jugadores y su planteamiento son muy superiores a los nuestros. Y cuentan con un entrenador extraordinario que les saca el máximo rendimiento y los coloca donde debe.
Un gran escritor había aprendido que todo el mundo quería vivir en la cima de la montaña, sin saber que la verdadera felicidad está en la forma de subir la escarpada. Estamos en ello, pero acabamos de perder los piolets y nos han abandonado los sherpas.
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