Sacrilegio en el Palco Real de Las Ventas
Mientras presentadores y cámaras de televisión ocupaban los asientos reales, Don Juan Carlos seguía San Isidro a través de MundotoroTV
¿Dónde está la excelencia de Madrid?

Madrid soñaba con hacer historia como Sevilla. Y se las prometía felices con la llegada de Morante de la Puebla. «Y si fuera hoy y cortase otro rabo». Pero el rabo, que ya lo decían en las cocinas de Toribio, se cuece a fuego lento y tendrá que esperar. Aunque ayer, a poquito que hubiese pasado, don Eutimio, el presidente, hubiese volado tres pañuelos blancos. Porque a la deriva dejó la categoría de la Monumental con su obsequio de orejas y vueltas al ruedo, como si fuesen rosquillas del santo. La afición, que ya venía calentita de casa con las fotos de los toros en el tuitendido, cargó las escopetas y clamó por el «¡toro, toro!» cuando apareció Patrón, que ya había sido sobrero en Sevilla. Indigno de la que llaman la primera plaza del mundo.
Pero todo no fue eso. ¿Recuerdan el alboroto que se formó cuando Joaquín pisó el albero de la Maestranza en el brindis de Antonio Ferrera? Se tiraba de los pelos Sevilla ante tal 'sacrilegio'. Si sucede lo de este jueves en Las Ventas se viste de luto la Macarena. Los genios de lo taurino y la política no tuvieron otra idea que abrir las puertas del Palco Real venteño para que lo ocupasen presentadores y cámaras de los Informativos de Telemadrid. En directo hicieron el del mediodía y la tarde.
Que sí, que está muy bien que se difunda en la televisión autonómica el Mundial del toreo y que se sumen las nacionales y las locales. Pero a muchos aficionados, incluso algunos miembros del consejo taurino, les pareció una falta de respeto absoluto por todo lo que simboliza el Palco Real, convertido en set de maquillaje y peluquería, con la gente haciéndose selfies como si estuvieran en un balcón de Magaluf, con esos focazos de los que se quejó más de uno. «Ocuparon un palco que ni deben, ni pueden, ni Telemadrid, ni niño muerto. No hay por dónde coger el show que se permite e inicia desde el reconocimiento de los toros... Más la instalación de grandes focos de luz en el Palco Real que molestaron durante la lidia a toreros y espectadores, que sufrieron durante bastante tiempo la exposición luminosa», lamentaba Julia Rivera. Otra aficionada contaba en su twitter que «había personas que no miraban el festejo, sino que se sentaban en el balconcillo como maquillando a alguien que estaba sentado... ¿lo pueden explicar?». Y otro añadía: «¿Qué hacía una rubia peinándose, maquillándose y haciéndose fotos en el Palco Real en mitad de la corrida? No tenéis vergüenza ni respeto».
Pues eso. Una falta de respeto absoluta, que dicen no volverá a ocurrir. Y mientras cámaras, presentadores y maquilladores ocupaban un palco sagrado, cargado de simbolismo y tantas veces ocupado por miembros de la Familia Real -cierto es que Don Felipe y Doña Letizia se prodigan muy poco en las plazas-, Don Juan Carlos, el 'Rey de los toros', que cada vez que viene a Las Ventas recibe un baño de cariño y ovaciones, seguía la corrida de San Isidro por MundotoroTV desde Abu Dabi. O esa era su intención, que preguntó a un buen amigo suyo cómo seguir la feria. Porque Don Juan Carlos, que admira a esos mantenedores de la bravura que son los ganaderos y que es del torero que lo hace, sigue pendiente de la tauromaquia desde Emiratos Árabes. Aunque que nadie dude de que preferiría verlos desde la barrera. «Le encantaría venir», nos cuentan. Y no hay tarde que algún aficionado no pregunte eso de «¿qué día viene el Rey?». De momento, quien rara vez falta es Victoria Federica, heredera de la afición de su abuelo, de su madre y de su bisabuela. Ay, si Doña María ve el Palco ayer...
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