EL VAR DEL TENDIDO
Otra Monumental candidata a Eurovisión
Si el 'chanelazo' tiene su 'more, more', en Las Ventas tienen su 'miau, miau', su 'crúzate, crúzate' y su 'cállate, cállate'

De Chanel se hablaba en los aledaños de Las Ventas. De azabache y plata hizo el paseíllo en la Italia de Boccaccio. Con torería moderna, pero buscando la esencia más española. El 'morantismo' comparaba su terno con el de la faena del cigarrero ... en la Feria de Abril: «¿Sabías que usó un traje inspirado en el que Morante estrenó en Sevilla?», leía un espectador en el bar del desolladero. El hilo seguía: «Curiosamente, a Chanel le robaron el título de Eurovisión y al genio le robaron una oreja». El domingo del Patrón era el día del 'chanelazo', un San Isidro sin más noticias madrileñas en el cartel que las de su sede, la Monumental. «¿No han podido poner de sustituto de Emilio de Justo a un torero de Madrid?», cuestionaba un aficionado. Jaime Alcácer Peralta , desde 1974 en su abono del 2, ofreció una respuesta: «Si El Juli cobrase menos... Pero les ha salido más barato el toledano». A su lado, se estrenaba en los toros Ana María Yuste , con su camiseta del Pinocho de la buena suerte, la de Álvaro Lorenzo luego con el corte de una orejita.
Suyo fue el brindis a la figura de Torrejoncillo, que dejó una frase para los anales: «Lo último que debe dar un torero es pena». «Por pena votaron a Ucrania y por pura política», era el sentir en los bajos del número del pato, que seguía con sus conversaciones festivaleras. José Ramón Márquez , fiel a su andanada, animaba a salir del armario taurino a algún ucraniano: «Se iba a hinchar a ganar dinero. Chiquito de Kiev o el Niño de Mariúpol». De momento, el escalafón tiene a Román Karpoukhine , conocido como Finito de Moscú.

Fue una corrida muy eurovisiva, que descorchó un Majadero que se marchó intacto con sus dos orejas. «Era de lío, lío», dijo Leopoldo . Si Chanel tenía su «make you want more, more, more, more, more», Las Ventas tenía su «miau, miau, miau». El sonido gatuno se desató en el segundo, sin el trapío exigido en la primera plaza. «Y el tercero justísimo», señalaron en la grada. Pues este Congresista -«no hay uno bueno, no hay uno bueno»- no perdonó a Ginés Marín . «¡Ay, ay, ay!», bombeaba el corazón venteño. Certero el pitón, que se hundió en el muslo derecho en una voltereta espeluznante. La cara del extremeño era la de un eccehomo y la media rosa se había vuelto grana. La sangre manaba y teñía la taleguilla. Y, sin embargo, ni un solo gesto de dolor del torero, que se mantuvo en el ruedo sin vender la cornada. «Qué mérito, igualito que esos deportistas que se hacen un rasguño y salen en los telediarios», subrayó Nazario en su contrabarrera. Jo sé Luis Martínez-Almeida observaba la capacidad de aguante del matador desde el palco del Ayuntamiento. El único gesto doliente era el del picador Guillermo Marín , padre del herido. Quería que su hijo se pusiese enseguida en manos del doctor García Padrós , pero Ginés quiso rematar y hasta que no dio muerte a Congresista -un toro que tampoco gustó a Rafael Molina , hombre clave en El Parralejo- no pasó a la enfermería. Por su propio pie lo hizo, con el honor de los héroes verdaderos. Atrás quedaba el brindis al maestro Camino .

La corrida siguió. Como sigue la vida pese al cáliz vertido en la guerra. «Nada de particular en el cuarto», se oyó. «Anda, cariño, el quinto es un Histérico como tú», le espetó una chica a su pareja. O amante o lo que fuera con esa ardiente pasión en el tendido. La otra cantinela fue para Lorenzo: «Se va sin torear, se va sin torear». Y otro 'hit': «Cállate, cállate». Y alguno más: «¿Te queda mucho, te queda mucho?». O ese clásico de «crúzate, crúzate». En medio del bullicio, el toledano tapó bocas con el espadazo. El trofeo, como era de esperar, generó controversia. Las palmas de tango y la pitada animaron el cotarro. «Ni Risto Mejide se enfadó tanto con el tercer puesto de Chanel como el sol con la oreja», comentaron. «Esto es España, con su división. Al que no le guste que no venga», dijo el segoviano Jorge Ramos , heredero de la afición de su abuelo. La polémica seguiría luego en el VAR con la peluda: «De regalo, presidente; de regalo. Como la de chichinabo al sexto».
Cuando doblaba este Tragaperras, de premio, el cirujano tranquilizaba: la cornada a Ginés había sido limpia. ¿Podrá cumplir con las otras citas? «Con los toreros nunca se sabe, ahí estaba Álvaro con los puntos del 8 de mayo». «Son de otra pasta, son de otra pasta», como último estribillo. Si España no tiene voz en 2023 para Eurovisión, que se pase por Las Ventas. Otra Monumental candidata.
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