Blue Man Group, por primera vez en España: unos 'pitufos' perplejos
Más de 50 millones de personas han visto desde 1991 al grupo estadounidense
Los 'blue man' son tres personajes de color azul eléctrico que no hablan ni sonríen; su único medio de expresión es la mirada
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Los Blue Man Group son los hombres azules más populares del mundo (si exceptuamos los Pitufos, claro). Desde su creación, en 1991, han visto su singular espectáculo más de cincuenta millones de personas en quince países diferentes; cuentan, además, con el aval de haber ... entrado en el hogar de los Simpsons, algo así como un museo de cultura popular animado. Pero hasta ahora, los Blue Man Group no habían visitado España. Lo hacen por primera vez estos días en una carpa -la compañía fue adquirida por el Circo del Sol hace ocho años, otro sello de garantía- situada en Meloneras (Maspalomas), al sur de Gran Canaria. «Creo que es el lugar perfecto no solo para conectarse con la gente española, sino con gente de todo el mundo que viene a visitar esta isla», dice Matt Ramsey, actual director artístico de la compañía.
Blue Man Group nació hace treinta y cinco años, por iniciativa de tres amigos, Phil Stanton, Chris Wink y Matt Goldman, que tras algunas escaramuzas callejeras que llamaron la atención del público, presentaron su espectáculo en Nueva York, donde ya se han convertido en una institución -el espectáculo se representa de manera permanente en el Astor Place Theatre desde 1991- y desde donde se han proyectado al mundo. Actualmente se les puede ver en Boston, Orlando y Las Vegas, y hay 75 'blue man' en activo en todo el mundo.
Los 'blue man' (el nombre, hombre azul, quiere asemejarse al sonido de la palabra 'human', humano) son tres personajes de color azul eléctrico, sin cabellera -un ajustado gorro de látex cubre su cabeza- y vestidos con monos negros. No hablan, no sonríen, su único medio de expresión es la mirada. Dice Matt Ramsey que la esencia de estos personajes -una singular evolución del payaso tradicional- es la curiosidad y la inocencia. Su preparación, añade, suele necesitar dos meses, «y funcionan mejor en general los actores a los que enseñamos percusión que los percusionistas a los que enseñamos interpretación».
«Me gusta pensar en el personaje, en el 'blue man', como la mejor versión de un ser humano», dice Ramsey, que lleva en la compañía veinticuatro años, primero como 'blue man' y después como director. «Es importante la escucha, la inocencia, la curiosidad. Todos tenemos estas dos características de niños, pero a medida que vamos creciendo nos vamos poniendo armaduras y nos olvidamos de aquello. El 'blue man' sigue siendo un hombre curioso e inocente que ve al mundo increíblemente energético y poderoso».
Es difícil describir el espectáculo de Blue Man Group, porque es verdaderamente único, con pinceladas que recuerdan a Tricicle (los tres 'blue man' son, en esencia, tres maravillosos mimos), con un humor gestual muy comunicativo; a Mayumaná o a Stomp (la percusión es uno de los ejes del espectáculo; e incluso a Les Luthiers (por una especie de órgano que aparece en escena y que recuerda a uno de los instrumentos informales del grupo argentino). Pero los 'blue man' van más allá; están en constante estado de perplejidad, reaccionan a los estímulos del público casi como animalillos asustados. Juegan con los espectadores, con sus reacciones, les involucran desde el minuto uno en el espectáculo. Tienen la energía de una banda de rock y llenan el escenario de color -hay constantes juegos con la pintura como protagonista-. Y todo salpicado de humor; un humor blanco (el espectáculo está recomendado para todas las edades a partir de los tres años).
El público es parte fundamental en el espectáculo, que Ramsey define como «colaborativo. Cuando un espectador sube al escenario su reacción es impredecible, así que si los 'blue man' han de saber cómo mantenerse en el personaje y tomar decisiones basadas en que un espectador esté llorando o les grite algo. Necesitamos actores que pueden conectarse con el personaje y al tiempo tener una gran capacidad de improvisación».
La esencia, continúa Matt Ramsey, es la misma que en el espectáculo original estrenado en 1991: la curiosidad, insiste de nuevo, y el deseo de conectar con la gente y con los objetos como si fuera la primera vez. «Todo es nuevo para el 'blue man'». El entorno cultural de la Nueva York de principios de los noventa tuvo mucho que ver con la creación del grupo. «Los tres fundadores buscaban dentro del mundo del arte y la performance nuevas formas de expresarse a través de lo que ofrecía Nueva York: la música, la pintura. Y crearon un tipo de espectáculo que no existía y que es el que a ellos les hubiera gustado ver. Empezaron en las calles, luego en un teatro muy pequeño, y ha ido creciendo. Se ha ido incorporando tecnología, diseños de luz, nuevos instrumentos, sonido… que hacen el espectáculo muy diferente del original. Pero el ADN de los personajes sigue siendo el mismo».
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