UNA MIRADA ACADÉMICA
Uso y abuso de 'Lo que es'
La lengua cambia con rapidez y lo hace aún más en la era de las tecnologías de la información y la comunicación
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Como uno tiene ya unos años encima, he sido testigo de una notable evolución en la forma de expresarnos. La generación de mis abuelos (la generación perdida) no empleaba las mismas expresiones lingüísticas que la generación de mis padres (generación grandiosa), mientras que los Baby Boomers ... tenemos alguna complicación para comprender los dichos de la generación Z.
Hasta aquí todo normal, porque la lengua cambia con rapidez y lo hace aún más en la era de las tecnologías de la información y la comunicación, con el acelerador a fondo bajo la presión de las influyentes redes sociales. Somos primates parlantes y sociales, con una necesidad imperiosa de comunicarnos. Además, poseemos una excelente habilidad para la imitación, al punto de repetir las expresiones que emplean las personas influyentes sin reparar en su pertinencia.
A principios de la segunda década del siglo XXI, cierto ministro —seguramente bilingüe— de cierto partido político adquirió relevancia por sus continuas declaraciones en los medios de comunicación. Todos prestamos atención a sus palabras en un momento delicado en el que todavía nos estábamos recuperando de la crisis financiera de 2007-2008. En todas sus explicaciones, este ministro empleaba con mucha frecuencia la expresión «lo que es», con toda seguridad una traducción literal de la locución inglesa 'what it is'.
Obedientes a nuestra naturaleza, esa expresión empezó a ser utilizada con notable asiduidad por los hablantes en su día a día. No había entrevista en radio o televisión en la que la dichosa expresión no se empleara de manera reiterada hasta el exceso y el empacho. Escuchando detenidamente los discursos de algunos diputados en el Congreso, me he llegado a entretener contando las veces que se repetía ese «lo que es».
Escuchando a los diputados en el Congreso, me he llegado a entretener contando las veces que se repetía ese «lo que es»
¡No es broma! Pongamos un ejemplo clarificador: «Estoy revisando todas la piezas del motor de mi vehículo y lo que es el carburador parece algo deteriorado». Sería más sencillo decir: «Estoy revisando todas la piezas del motor de mi vehículo y el carburador parece algo deteriorado». No soy experto en gramática y posiblemente ese «lo que es», incluido gratuitamente en mitad del enunciado, puede ser correcto; pero, sin duda, es innecesario.
Enseguida se rizó el rizo y llegó el plural. Fue entonces cuando empezamos a oír expresiones como: «Este año mi huerto está de lujo y lo que son las tomateras han crecido mejor que nunca». De nuevo, ese «lo que son» es innecesario: «Este año mi huerto está de lujo y las tomateras han crecido mejor que nunca». Puede que se trate de una moda pasajera o que persista durante años. Y tal vez yo sea un maniático de la claridad y la simplicidad en el lenguaje cotidiano. Si es así, que los dioses , las lectoras y los lectores me perdonen.
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