El halago mentiroso a los jóvenes
Sobra decirlo: no hay peor insulto que el halago mentiroso. ¿«La generación más preparada de la Historia»? No nos riamos de ellos. Nadie puede estar preparado en abstracto
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¿Puede edificarse una vida estable cuando todo es mercurial, tornadizo y volátil? Movilidad descendente, precarización, empobrecimiento... El contrato temporal ya no es el barco que lleva al empleo indefinido, sino una chalupa inestable en la marejadilla. La dualidad del mercado laboral ... produce parados, precarios y «falsos autónomos». El mercado de la vivienda hace que los jóvenes se emancipen cuando peinan canas y solo les alcance para tabucos míseros. ¿Con estos mimbres puede tejerse una vida buena?
En cuanto a los niños, cualquiera diría que se ha aplicado una «política de hijo único», al modo chino, en el país que era punta de lanza de la natalidad europea a principios de los setenta. Algunos objetarán, con razón, que las mujeres con mayor nivel educativo retrasan el momento de ser madres, con vistas a centrarse en su carrera. Pero los datos enseñan que hay una mayoría de mujeres en edad fértil que querrían ser madres —un 88% entre los 25 y los 34 años— y que la realidad es inversamente proporcional a los deseos.
Dudo mucho que los jóvenes de ahora sean de tan mala calidad o, al menos, que sean peores que sus padres
Dudo mucho que los jóvenes de ahora sean de tan mala calidad o, al menos, que sean peores que sus padres. ¿Miran mucho las pantallitas, como se afirma tópicamente? No menos que sus progenitores, pues de casta le viene al galgo. ¿Forman una «generación de cristal»? ¿Son endebles, flojos, mansos? Quizá, pero hay abantos en el primer tercio que terminan embistiendo y tirando gañafones en los últimos compases de la lidia. ¿De verdad vamos a seguir buscándoles las cosquillas cuando el pacto intergeneracional está a pique de romperse? Quizá terminemos viéndolos salir de chiqueros como una de esas reses que, en cuanto asoma la gaita, arremete con riñones al caballo de picar. Ni el toro manso es manso siempre…
No los insultemos. Y, sobra decirlo, no hay peor insulto que el halago mentiroso. ¿«La generación más preparada de la Historia»? No nos riamos de ellos. Nadie puede estar preparado en abstracto, pues estar preparado es una función que requiere un parámetro como valor de entrada: estar preparado-para-algo. Y difícilmente está preparado quien no tiene ni oficio ni beneficio. ¿Será cosa de mala conciencia? La mala conciencia de quienes, durante años, han arrumbado la Formación Profesional, condenando a universitarios sobrecualificados y jóvenes sin estudios a la vanguardia y retaguardia del mismo batallón de reserva. La vida errónea, decía Adorno, no puede ser vivida correctamente.
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