la trasatlántica
Sobre un inventazo
El diseño moderno de las ciudades es una idea española, puesta en práctica por primera vez a escala monumental en México

Como casi todas las prácticas que cambiaron al mundo en el siglo XVI -la agricultura universal incorporó la siembra de maíz y tomate; el comercio se volvió global gracias al intercambio de mercancías chinas por plata americana; las poblaciones difíciles de controlar fueron sustituidas ... masivamente con cuerpos transterrados, casi siempre de África- el origen de la ciudad moderna, reticulada y orientada en ejes norte-sur y este-oeste a partir de una plaza central, está mal documentado.
Las actas del cabildo de la ciudad de México anteriores al 8 de marzo de 1524 están perdidas y en la primera de las que se conservan se habla de continuar la repartición de solares de medidas regulares entre españoles recién llegados del Caribe y conquistadores de vuelta de las guerras de ocupación. Todos los lotes se distribuían en manzanas de medidas idénticas. El nuevo trazo era modernísimo: las urbes medievales eran laberínticas y las renacentistas radiales.
La carta de Hernán Cortés
El descuido documental que rodea al acto de inventar la ciudad moderna se debe al azar -se perdieron las actas- pero también y sobre todo, a que por quinientos años reprodujimos, creyendo que era lo que importaba de la Historia, la épica mentida -por no decir pedorra-de la carta de 1521 de Hernán Cortés, que fue un ‘best seller’ mundial y que es la base de la 'Historia...' de Francisco López de Gómara, de las estupendas pero poco confiables memorias de Bernal Díaz del Castillo, y de las historias copiadas por los hijos de los guerreros mexicas -seminaristas letrados- que trabajaban con Bernardino de Sahagún en la primera universidad americana. Todos habían leído la carta de Cortés. Todos la repitieron, sazonada con la salsa de su conveniencia.
Pero eso no era la historia, o es una historia más bien literaria, no mucho mas confiable -aunque peor escrita- que ‘La Ilíada’. No cuenta lo que de verdad cambió las prácticas humanas. Entre ello, la invención del espacio en que vive, trabaja y hace política medio mundo desde el siglo XVI.
Sabemos que en el otoño de 1521 Cortés mandó repoblar Tenochtitlan y construir un barrio español en su centro. Suponemos que al ordenar un barrio cuadriculado, el capitán general estaba siguiendo las Ordenanzas de 1514 para el alzamiento de villas en el Nuevo Mundo. Esas ordenanzas estaban basadas en la planeación de ciudades campamento para los peregrinos del camino de Santiago y la idea de la traza cuadriculada fue fácil de implementar porque Tenochtitlan ya era una gran ciudad dividida en ejes norte-sur y este-oeste.
El diseño moderno de las ciudades es una idea española, puesta en práctica por primera vez a escala monumental en México. No es poca cosa. En ‘La producción de Espacio’, Henry Lefebvre señala que la urbe cuadriculada es la piedra de fundación del capitalismo global porque genera un espacio jerarquizado que controla la producción y los cuerpos de sus habitantes y se puede reproducir hasta el infinito. Ciudades veleidosas y musculares como Shanghái o Nueva York imitan la traza española de la ciudad de México y sus diseñadores ni siquiera se enteraron. Simplemente sabían que así se hacía.
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