«Lucian Freud siempre ha sido un clásico»
Galerías y museos de Londres recuerdan al pintor. Tras su paso por la National Gallery, una muestra viajará al Thyssen

Antes de visitar el estudio de Lucian Freud, hacemos tres paradas. Con el termómetro bajo cero, ponemos rumbo al lujoso barrio de Mayfair, donde la todopoderosa Gagosian Gallery muestra al círculo más íntimo de Freud: sus familiares, amigos y colegas ... de la Escuela de Londres (Bacon, Auerbach, Andrews), con una espléndida selección de obras. Cuelgan fotos de Freud con su hija Bella y su amante Celia Paul (ella tenía 18 años; él, 55), que revelan su cara más divertida y gamberra.
Muy cerca, en Savile Row, la calle donde los dandis londinenses encargan sus trajes a medida, tiene galería Pilar Ordovás, una española afincada en la ciudad desde hace años y que conoció bien al pintor en sus últimos años. Una exposición evoca la pasión del artista por los caballos ya desde niño: un cuadro inédito de una yegua, cuadernos de bocetos de su infancia...
Cómo mirar a Freud en el siglo XXI
La tercera parada es Trafalgar Square. La National Gallery, que exhibe en ocho de sus salas más nobles, junto a las de los grandes maestros, las obras de Lucian Freud. Bajo el título 'Nuevas perspectivas', esta retrospectiva ha sido organizada con el Museo Thyssen, donde se verá a partir del 14 de febrero del próximo año. En una charla con sus comisarios (Daniel F. Herrmann, en el museo británico, y Paloma Alarcó, en el español) nos cuentan que el objetivo es ver a Lucian Freud con otros ojos, más allá de su biografía: qué nos dice hoy su pintura, cómo mirar a Freud en el siglo XXI.
Y lo hace exhibiéndolo cerca de los grandes maestros de la Historia del Arte que tanto admiraba: Holbein, Rafael, Miguel Ángel, Tiziano, Velázquez, Courbet, Watteau... Tenía un pase de honor del museo, gracias al cual podía visitarlo de noche. Confesaba que iba a la National Gallery como quien va al médico a curarse. «Freud siempre ha sido un clásico», advierte Herrmann, quien apunta que están acudiendo muchos jóvenes a ver la muestra, «buscando respuestas en las obras de Freud».
La exposición, explica Paloma Alarcó, aborda el concepto de intimidad, la teatralización de sus composiciones y los desnudos como materia pictórica. Aclara que en inglés hay dos palabras para definir desnudo: 'nude' (el desnudo clásico) y 'naked' (desvestido). Los carnales desnudos de Freud, subraya Alarcó, son estos últimos. En ellos olvida los cánones de la belleza clásica y crea una nueva, donde caben todo tipo de cuerpos: grandes, gruesos, con cicatrices... Entre sus modelos favoritos, los orondos Leigh Bowery y Sue Tilley.
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En Londres se exhiben 68 obras, en Madrid habrá algunas menos: 55. No estarán el retrato de Isabel II (no puede salir de Gran Bretaña), ni los dibujos que hace de su madre (la retrata incluso muerta), con quien tuvo muy mala relación. Tampoco, el autorretrato del 93 antes citado, que no ha cedido para Madrid la Newhouse Collection de Estados Unidos.
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