El Prado salda una deuda histórica: saca de clausura el arte virreinal
El museo, que no blanquea la conquista de América en la exposición ‘Tornaviaje’, acaba con su desconocimiento y trata de evitar que sigan saliendo miles de obras de España

A Carlos Fuentes le gustaba imaginar que los personajes de las ‘Meninas’ miraban hacia América. A buen seguro no fue la intención de Velázque z, pero el que sí mira hoy a América es el Prado , que se ha propuesto ... dar visibilidad a los tesoros artísticos que llegaron del Nuevo Mundo , a las obras de arte que viajaron de los virreinatos americanos a la Península Ibérica del siglo XVI al XIX, desde la conquista de América hasta la Independencia. Y lo hace con una exposición, retrasada un año a causa de la pandemia, que llega en un momento caliente: López Obrador sigue, erre que erre, con que España pida perdón por sus pecados en la conquista de América (algo que sí ha hecho el Papa Francisco), mientras la cabeza de Colón, decapitada , rueda por medio mundo, y las estatuas de colonizadores y esclavistas son derribadas por doquier.

El Prado no blanquea ni esconde la conquista en esta muestra . De hecho, se abre con un apartado dedicado a ella. «Esta es una exposición de Historia del Arte, no sobre la conquista de América –advierte Miguel Falomir, director del museo–. Pero no podemos obviar que hubo una conquista por la fuerza de las armas, que fue un proceso violento. Se habla en la exposición de esclavitud, de explotación de recursos naturales... Estamos obligados a no rehuir la historia . Solo espero que la muestra sea juzgada por lo que pretende». Se lamenta Falomir de que en España hay un gran desconocimiento del arte iberoamericano de esos siglos: «Hay pocos historiadores del arte virreinal y coleccionistas. Por eso sale tanta obra de nuestro país. Los precios no son muy altos. Durante dos décadas han salido de España miles de piezas , compradas por museos de Estados Unidos».

¿Ha habido en España un gran expolio de arte virreinal? «Ha habido desinterés y desconocimiento, malentendidos y prejuicios , como negar su alcance estético, de ahí que apenas estén en museos artísticos. Me pregunto ¿por qué España no celebra la conquista? Sí se ha hecho con las guerras con Flandes, con los turcos... Apenas hay obras de la conquista. Es una realidad. No ha generado una iconografía. Esta exposición quiere ser una llamada de atención para que valoremos nuestro patrimonio». El comisario de la muestra, Rafael López Guzmán, catedrático de la Universidad de Granada, añade: « La conquista sucedió. No se oculta . Pero hay que entenderla en su momento histórico».

El título de la muestra, ‘Tornaviaje ’, alude a un viaje en dos direcciones. No solo llegaron muchas obras de España a Iberoamérica. También en sentido contrario. Algunas formaron parte de las Colecciones Reales y colgaron en el Real Alcázar, en el Palacio del Buen Retiro... junto a obras de Rubens y Velázquez. El museo entona el ‘mea culpa’: « El Prado ha ignorado hasta ahora esta realidad ». Deuda pendiente que, al igual que ocurre con las mujeres artistas, va saldando poco a poco. Javier Solana , presidente del Patronato de la pinacoteca, asegura que es «una exposición extraordinaria y necesaria. Hay un desconocimiento profundo de las relaciones entre España e Iberoamérica en nuestra historia». Así, pocos sabíamos que llegaron más objetos artísticos de América que de Flandes o Italia , como explica Falomir. Y no solo entraron por los puertos de Sevilla y Cádiz.

López Guzmán, con la asistencia de Jaime Cudriello y Pablo F. Amador, ha llevado a cabo una exhaustiva investigación y búsqueda de piezas en museos, pero también en monasterios, parroquias, conventos de clausura, catedrales, ermitas, cofradías, hermandades... de casi todas las provincias de España , con excepción de Baleares, Murcia, Aragón y Valencia. Obras creadas con destino devocional o para decorar mansiones. Además, el Prado ha respondido a la generosidad de los préstamos restaurando 26 de las 107 obras expuestas . Algunas son propiedad del Prado, pero están depositadas en instituciones como el Museo de América. Advierte Falomir que no se va a levantar ninguno de estos depósitos. Quizás en el futuro haya compras o donaciones por parte de la Comisión de Arte Virreinal de la Fundación Amigos del Prado , que ha colaborado en este proyecto.

La exposición, patrocinada por la Fundación AXA y que puede visitarse hasta el 13 de febrero de 2022 , reúne piezas en su mayoría desconocidas. Todas pasaron por España y de los 66 prestadores , solo hay tres extranjeros: Malta, Florencia (los Uffizi) y Estados Unidos (Carl &Marilynn Thoma Foundation de Chicago). El montaje recurre a los conceptos de plaza y atrio. Paseamos por las salas A y B del edificio Jerónimos y hallamos imágenes de la Virgen de Guadalup e, primera aparición celestial en el Nuevo Mundo y patrona de América; de Rosa de Lima, la primera santa americana...

Destacan dos Crucificados muy interesantes . Por un lado, el ‘Cristo de Zacatecas’, donado por Andrés de Mesa, comerciante casado con Francisca Cortés, descendiente de Hernán Cortés. Fue donado a la Cofradía de la Veracruz en la Parroquia de Santiago Apóstol de Montilla (Córdoba). De gran envergadura, solo pesa unos 8 kilos, pues está realizado en parte con caña de maíz. Por otro lado, el ‘Cristo de la Veracruz’ (Parroquia de San Pedro de Carmona, Sevilla). Realizado en madera de cedro americano tallada y ahuecada, es una de las primeras obras manufacturadas de América que llegan a la Península Ibérica. Le fragmentaron los brazos para que procesionara como un Descendimiento. Ha sido restaurado en los talleres del Prado.

Procedente del Museo de Ciencias Naturales (se exhibía en el despacho de su director), un espléndido ‘Quadro de Historia natural, civil y geográfica del Reyno del Perú’ (1799), con su espectacular marco, que también se ha restaurado. Semeja un bello gabinete científico del XVIII, pintado con 195 escenas y 381 figuras. Entre las joyas de la exposición, piezas como un escudo de armas concedido en 1545 por Carlos V a los descendientes de los incas Gonzalo Uchu Hualpa y Felipe Tuga Inga Yupanqui (Archivo General de Indias) o un impresionante biombo de estrado (h. 1692-96), del Obrador de los Correa. Por una cara, narra la historia de la conquista de Tenochtitlan. Por la otra, muestra una vista de la Ciudad de México. Es de una colección particular de Madrid. Curiosísima, la Virgen de las Angustias junto a un cocodrilo disecado . Se conservan en la ermita de Nuestra Señora de las Angustias en Icod de los Vinos (Tenerife). Según la leyenda, esta advocación mariana es la protectora de los viajes oceánicos, mientras que el fiero reptil es metáfora de los riesgos de los viajes.

No faltan hermosos enconchados (tablas con incrustaciones de concha), ricos ajuares de mujeres poderosas, plumaria, platería (una gran cruz procesional de 47 kilos o una bellísima Custodia que sale por vez primera de su caja fuerte)... Según el comisario, se conoce bien el inventario de bienes de la Iglesia, aunque menos el de las clausuras. Destacan, asimismo, dos cuadros importantes. Por un lado, el excepcional retrato, majestuoso y elegante, de Moctezuma , fechado hacia 1680 y atribuido a Antonio Rodríguez (Ciudad de México, 1636-h. 1691). Propiedad de los Uffizi, fue adquirido por Cosme II de Medici. Por otro, ‘Los tres mulatos de Esmeraldas’ , obra del Prado depositada en el Museo de América, firmada en 1599 por Andrés Sánchez Galque, un pintor mestizo. Según Falomir, es uno de los cuadros más solicitados del Prado. Representa a Francisco de Arobe y sus hijos Pedro y Domingo. Fue encargado por Juan del Barrio de Sepúlveda para Felipe III. Representa el acuerdo de pacificación de la costa de Esmeraldas (Ecuador) logrado por los Arobe, grupo indígena que descendía de un esclavo negro.
Sin duda, el público se sorprenderá con la calidad técnica y dominio de temáticas e iconografías alternativas de los artistas americanos. A Durero le tenían fascinado:«En mi vida no he visto nada que me haya alegrado tanto el corazón como estos objetos llegados desde América. Porque he descubierto en ellos aspectos extraordinarios y me he quedado admirado ante el sutil ingenio de los hombres de los países remotos».
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