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ABC Cultural

Manuel Fernández Álvarez: «Modificar la Constitución sería desvertebrar España, y un suicidio»

MADRID. «El Rey y el Reino (las Cortes) son los grandes bastiones de la unidad de España», subraya el académico Manuel Fernández Álvarez, que anoche glósó las Cortes en la Edad Moderno dentro del ciclo «Veinticinco años de la Constitución», que se celebra en la Real Academia de la Historia. «En estas conferencias tratamos de atisbar los principios democráticos de la nación española, puesto que estamos evocando y conmemorando los 25 años de nuestra Carta Magna», principió el sabio profesor y maestro de historiadores. «Mi terreno -expuso- no es tanto la Edad Moderna, en toda su amplitud, como lo que algunos investigadores, con una terminología poco apropiada, pero que ya se ha hecho lugar común, llaman la Alta Edad Moderna: los siglos XVI y XVII; la época de los Austrias». El gran biógrafo de Carlos V, Felipe II e Isabel la Católica recordó los rasgos de la escasa representatividad de aquellas Cortes respecto al pueblo: «El mundo rural no estaba presente, ni el Clero. Sólo el Patriciado urbano y su Nobleza, que eran ciertas ciudades sevillanas que mandaban procuradores a las Cortes, los cuales votaban y ejercían con su voz y votos ese poder de representación del Reino frente al Rey». Fernández Álvarez estudió el protagonismo de las Cortes Castellanas bajo Carlos V y Felipe II, porque «la Monarquía descansaba sobre todo en Castilla. Tanto Carlos V como Felipe II señalan y proclaman una y otra vez que Castilla es el núcleo de su poder. Pero esto no es una propaganda frente a las Cortes; es una realidad que vemos constantemente. Por lo tanto, si queremos sacar a relucir ese protagonismo son las Cortes castellanas las que apoyan a la Corona y al Rey».

El académico reflexiona en su discurso y se interroga: ¿En qué medida los Reyes procuraron hacer de las Cortes un instrumento unificador de manera que no hubiese diferencias entre unos y otros? Y contesta: «Los Reyes ahí no tratan de convocar unas Cortes generales. Se mantiene la diferencia de la época medieval. ¿Por qué no se convocaron unas Cortes únicas? Porque respetan la autonomía de los Reinos. Al ser Castilla el poder de aquella Corona, temieron que un espíritu más insumiso, como el que proyectaban las Cortes de Aragón, contagiara todas las Cortes, ya que hubiera resultado más problemático gobernar en unas Cortes unidas que separadas. Algunos siglos después, en el XVIII, los Austrias llevarán a cabo el intento centralizador».

Antes de que impartiera su conferencia le planteamos al profesor su opinión sobre dos cuestiones «candentes»:

¿Reforma de la Constitución?: «Para mí, no es necesaria ni es conveniente. Cuando se está gozando de una Constitución que concede tanto grado de libertad y protección al ciudadano, a título individual y en las Autonomías, modificarla escondería unos afanes de desvertebración de España que es un verdadero suicidio».

El «Plan Ibarretxe»: «Muchos españoles que vivimos fuera o dentro del País Vasco consideramos que tras ello se esconde un paso más hacia una separación que verdaderamente es fratricida. Como amo tanto el País Vasco y tengo unos grandes lazos familiares, todo lo que sea desgajar las Vascongadas de España me provoca un dolor terrible».

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