opinión
Editorial Galaxia, una revolución sin víctimas
En 1950, Galicia era, en términos culturales, un erial, un yermo. Era estadísticamente un país bilingüe (y diglósico), pero desde criterios sociolingüísticos era un país de un monolingüismo testarudo e implacable. En términos editoriales, apenas existía posibilidad de aceptación para un libro escrito en gallego