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Un egipcio de hace 4.000 años, el primer paciente con cáncer sometido a cirugía

Marcas en el cráneo muestran que los médicos intentaron cortar el crecimiento del tumor en vida o quisieron explorarlo después de la muerte, según científicos españoles

La investigación muestra el caso de una mujer con el cráneo devorado por el cáncer pero curada de un espadazo

El cáncer de mama más antiguo, en una mujer egipcia del 2200 a.C.

Cráneo y mandíbula del varón egipcio de hace 4.000 años afectado de cáncer TONDINI, ISIDRO, CAMARÓS
Judith de Jorge

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Los antiguos egipcios tenían conocimientos médicos extraordinarios. Eran capaces de diagnosticar y tratar enfermedades y lesiones traumáticas, construir prótesis y colocar empastes dentales. El famoso Papiro Edwin Smith, que lleva el nombre del egiptólogo norteamericano que lo descubrió en el siglo XIX, contiene la descripción y tratamiento de 48 casos médicos. Pero para el 45, un cáncer de mama, no había esperanza. El cáncer suponía un límite insalvable en la medicina egipcia. Sin embargo, es posible que intentaran combatirlo incluso con cirugía.

Un equipo internacional con participación española ha descubierto marcas de una operación quirúrgica en el cráneo de un hombre egipcio de unos 30 años afectado por tumores hace más de 4.000 años. Los investigadores desconocen si los galenos intentaban cortar los tejidos en vida del paciente o los estudiaban tras el deceso, pero se trata de la intervención oncológica más antigua conocida. «Es un hito en la historia de la medicina», asegura a este periódico Edgard Camarós, profesor en la Universidad de Santiago de Compostela y coautor del estudio que este miércoles publica la revista 'Frontiers in Medicine'.

Varias de las lesiones metastásicas en el cráneo236 muestran marcas de corte TONDINI, ISIDRO, CAMARÓS

Los restos fueron recuperados de la necrópolis de Giza por arqueólogos británicos a principios del siglo XX y forman parte de la Colección Duckworth de la Universidad de Cambridge. Bajo el microscopio, el cráneo 236, como se le conoce, muestra una lesión de gran tamaño compatible con una neoplasia, una destrucción excesiva del tejido, en este caso nasofaríngeo. Además, tiene unas 30 lesiones metastásicas pequeñas y redondas. Pero lo que sorprendió a los investigadores fue el descubrimiento de marcas de corte alrededor de las lesiones hechas con un objeto punzante, como un instrumento metálico. Los médicos egipcios «cortaron los tumores subcutáneos, posiblemente para extirparlos, y dejaron marcas en los huesos», explica Camarós.

El arqueólogo reconoce que, sin historia clínica, es imposible asegurar si las incisiones se hicieron para tratar al paciente, sin éxito, unos días antes de su muerte, o como una autopsia exploratoria para caracterizar los tumores unas horas después. «Quizás quisieron cortar el tejido o incidir sobre el tumor pensando que supuraría. Puede que quisieran hacer algún drenaje. El cáncer no se entendía como ahora», dice el arqueólogo.

«Sabemos que los egipcios intentaron tratar los tumores de otras maneras, por ejemplo aplicando encima carne fría, pero esta es la primera vez que podemos documentar una intervención quirúrgica», subraya. «Hay algunos casos de operaciones descritos en papiros, pero no están muy claros», continúa.

El cráneo E270 TONDINI, ISIDRO, CAMARÓS

Ataque con una espada

Además de los restos del varón, los investigadores estudiaron el cráneo E270, que pertenecía a una mujer de más de 50 años que vivió en Egipto entre 663 y 343 a.C. y falleció a causa de un osteosarcoma masivo. Por el lugar donde fueron enterrados y el buen estado de su dentadura, los investigadores creen que tanto el joven como ella pertenecían a un estrato social elevado.

Además, curiosamente, E270 presenta una lesión traumática contundente en el lado izquierdo del cráneo producida por un ataque violento a corta distancia con un arma punzante similar a una espada. Este tipo de heridas, mucho más comunes en hombres, «son muy típicas en la guerra, por lo que quizás deberíamos replantearnos el rol de las mujeres en el pasado», como el hecho de que participaran activamente en conflictos bélicos. Lo que parece claro es que la mujer sobrevivió a las heridas, pero no al cáncer.

El trabajo también parece mostrar que, aunque el estilo de vida actual, el envejecimiento de las personas y las sustancias cancerígenas en el medio ambiente aumentan el riesgo de cáncer, esta patología también era común en el pasado.

«El conocimiento médico de los egipcios era extraordinario, avanzado y sofisticado», asegura Camarós. Estos hallazgos «nos hablan del nacimiento de la medicina moderna basada en la observación, el diagnóstico y el tratamiento, incluida la intervención quirúrgica».

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