Si estás a punto de dejar el gimnasio, tienes que leer esto: causas y soluciones
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Septiembre es el nuevo enero: un mes motivador cargado de ganas, expectativas y objetivos saludables. De hecho, hacer ejercicio encabeza esa lista de buenos propósitos. Sin embargo, como alerta José Miguel del Castillo, Licenciado en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte, ... la cruda realidad de los abonos al gimnasio de septiembre es que vienen con fecha de caducidad incorporada: «El 50% de los que empiezan un programa de ejercicio, lo abandona antes de los seis meses».
Puede que sea la realidad, sí, pero para superar esa inercia no hay que fustigarse sino entender por qué sucede. Y aquí, como explica Javier Butragueño, coordinador del grupo de ejercicio físico de la Sociedad Española de Obesidad (SEEDO), todos los implicados tienen su parte de responsabilidad. «La continuidad y el éxito en un programa de ejercicio es el resultado de un esfuerzo conjunto. El gimnasio necesita ofrecer las herramientas y el ambiente adecuado para el éxito del usuario, y éste debe comprometerse con su propio bienestar y seguir las pautas del gimnasio», asegura.
"La mejor actitud para convertir el ejercicio en un hábito combina compromiso, paciencia, apertura al aprendizaje y compasión con uno mismo"
Javier Butragueño
Coordinador del grupo de ejercicio físico de la Sociedad Española de la Obesidad
Por un lado, es crucial establecer objetivos que sean «realistas, específicos, medibles, alcanzables y temporales», según precisa Butragueño. Y, por otro, se necesita un plan de entrenamiento personalizado, idealmente elaborado por un profesional. Aquí la ciencia lo tiene claro pues, como recuerda Del Castillo, «todo programa de ejercicio supervisado por un entrenador cualificado en Ciencias del Deporte mejora los resultados, la adherencia a la actividad y evita el riesgo de lesiones».
También importa la consistencia, pues es mejor hacer ejercicio moderado pero regular, que empezar con mucha intensidad y abandonar pronto. Sobre este punto el profesor de Planificación Deportiva de la Universidad Europea Valentín Fernández, opina que entrenar mucho y a diario desde el principio puede generar fatiga, dolores y frustración por no ver resultados. «No pasa nada por empezar con tres días a la semana y aumentarlos con el tiempo. Y tampoco es necesario limitarse siempre a los mismos días. Si un martes estás con energía, ¿por qué no entrenar aunque siempre lo hagas lunes, miércoles y viernes?», plantea.
"Un profesional cualificado es la clave para mejorar los resultados, evitar lesiones, progresar y ganar adherencia al ejercicio"
José Miguel del Castillo
Licenciado en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte
Eso sí, la atención, la orientación y el seguimiento por parte de los profesionales del gimnasio es esencial. Si uno no sabe qué hacer y se siente desatendido, la desmotivación llegará antes. A esto habría que sumar el ambiente: si lo percibe como intimidante o demasiado competitivo, será un factor de disuasión.
El soporte social (amigo, familiar o grupo de entreno) es básico, ya que tener una red de apoyo es un fuerte motivador.
Para Del Castillo es vital que el ejercicio sea gratificante y divertido: «Usa tu música favorita, juega como un niño, introduce juegos motrices sociales y aprende nuevas habilidades», propone.
Comparte esta opinión Jesús Blanco, máster trainer de Brooklyn Fitboxing, quien apunta que, si es una experiencia positiva y divertida, no solo se reducirá la sensación de esfuerzo sino que además el usuario podrá cubrir otros objetivos como liberar estrés, desconexión, bienestar emocional y socialización.
Huir de la monotonía, comer de forma sana y validar logros son otros aspectos primordiales que destaca Paula Vercauteren, 'fitness content specialist' de Basic-Fit International: «Incorpora variedad a tus entrenamientos para que sigan siendo interesantes y busca un compañero de entreno para motivarte y hacer el seguimiento del progreso en conjunto. Celebra tus logros para mantener la motivación«, propone. Igualmente aconseja escuchar al cuerpo para saber cómo responde al ejercicio, ya que dejar días de descanso y de recuperación es fundamental para evitar lesiones y agotamiento.
Una cuestión de actitud
Para convertir la práctica de ejercicio en un hábito se requiere, según plantea el psicólogo José García Donate, especialista deportivo del Instituto Centta, una actitud realista («no será una tarea fácil»), resiliente («aparecerán obstáculos que habrá que superar») y comprensiva («si fallas un día, eso no significa que haya que tirar todo el esfuerzo por la borda y abandonar»).
Por su parte, la psicóloga Patricia Flor, docente de la Universidad Internacional de Valencia, propone centrarse en nuestro propio proceso pues sólo uno mismo siente cómo y cuándo hacer las cosas. «Al cerebro le encanta automatizar y vive más cómodo con rutinas porque eso le facilita la vida. Si esa incorporación se hace de forma progresiva y paulatina, más fácil será para el cerebro incorporarlo a nuestra vidas«, revela.
Para Butragueño la actitud adecuada es una combinación de compromiso, paciencia, apertura al aprendizaje y autocompasión. «Todos tenemos días malos y todos somos aprendices, así que en lugar de castigarte por no cumplir tus expectativas, celebra tus triunfos y usa los desafíos como oportunidades para crecer», plantea.
En definitiva, como propone el experto de la SEEDO, mantenerse en el gimnasio es una cuestión de principios: no tendría que ser un «deber hacer», sino un «querer hacer»; y es mejor adoptar una mentalidad de progreso y no tanto de perfección.
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