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Periódico ABC MADRID 27-01-1926, portada
- EdiciónABC, MADRID
- Páginas40
- Fecha de publicación27/01/1926
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MADR 1 DD 1 A 27 DE E N E R O D E 1926 NUMERO SUELTO 10 CENTS. iS) e DIARIO ILUSTRADO A Ñ O VIGÉSIMOSEGUNDO N, 7.199) e ie FUNDADO E L i. DE JUNIO DÉ 1905 P O R D. TORCUATO LUCA DE T E N A BARCELONA. EN EL PALACIO DE ARTE ANTIGUO ASPECTO DEL SALÓN DE ACTOS DURANTE L A FIESTA DEL ROPERO ESCOLAR. (F O T O i BRANGULI) rastro que el milagro deja en el ambiente postulado. El primer efecto ha consistido en el desbordarse de una especie de divina DESPUÉS D E L MILAGRO -H e locura. Una ola común de religiosidad, de imaginado alguna vez un drama filosófico, bondad, de redención, levanta y empuja a con el siguiente asunto. hombres y mujeres. Arrástralos la gratitud Un medio rústico y avaro. La granja de a la fraternidad, y en la fraternidad se acreunos labradores de buen pasar, por ejemcienta la gratitud. Todos se sienten hermaplo. Una niña, clavada en el lecho o en el nos; todos, cerca del Padre. Son abandonasillón, por grave y crónico mal. La vida fados a la vez el trabajo y el orgullo. Ya la miliar, vecinal, laboriosa, comadrera, se desavaricia derrama; ya el rencor perdona. envuelve en torno suyo, mezquina y metódi ¡Hora única de exaltación! Mas pasa ca. Los cotidianos quehaceres, las costumla hora, pasa su séquito; transcurren los bres inmemoriales, las pequeñas pasiones, y, días y las semanas. Una reacción ha apunen primer termina entre ellas, la del lucro, tado, crece, se afirma. Retroceden las aguas. la de la economía... La baja tranquilidad de No es posible vivir siempre en lo excepcioesta atmósfera va a verse conturbada por nal. Lo cotidiano y su pequenez empiezan la presencia de un milagro. a recuperar su fuero. El período de anormaCierta obscura noche duerme en los estalidad debe concluir. Debe ser restablecido blos de la granja, allí acogido por tradiciocada uno en su lugar. Se regresará a los nal, rutinaria, cicatera obra de misericorcampos y a sus labores. Será de nuevo cedia, un peregrino extraño... Bien; mi lector rrada la puerta que el milagro abrió. Volveya adivina que este peregrino va a ser, si rán a cumplir su función las llaves del arno Jesús de Galilea en persona- -más de una mario, los perros guardianes de la huerta. vez reconocido en apariciones así, sin La niña está ahora buena y anda por su contar las muchas en que habrá permanepie. ¿Es esto una razón para cambiar en cido ignoto- alguien dotado de sobrenatualgo el curso regular d la existencia... rales poderes. Adivina también el lector que El padre de familia, después de unos refunel misterioso personaje sana a la enferma. fuños, después de unos regaños, después de Pero no está en el milagro mismo lo que unas severas órdenes, mientras sube a una nos importa. El milagro juega aquí tan sólo silla, para dar, por fin, cuerda al reloj de el papel de un antecedente. pesas, parado desde la tarde milagrosa: Lo que nos importa es Drecisaniente el Hay que poner orden en esta casa, GLOSAS Pudiera añadirse que, en mi argumento, este restablecimiento del orden significa, para alguno de los ordenados, una tragedia per- sonal... Pero aquí sólo queremos recoger la otra tragedia. La ideológica, -La que podríamos llamar, en términos generales, tragedia del milagro ineficas. DESPUÉS D E LOS MILAGROS D SAN VICENTE FERRER. -Pues bi? n no 1 es otra la de San Vicente Ferrer. Ha llegado para nosotros el momento de deciilo, antes de poner punto a estas glosas, dedica- das a la evocación de una figura cuya vivacísima actualidad tal vez escape a los distraídos. Gran impaciente de unidad, obseso en la unidad y vicioso de ella, San. Vicente Ferrer dedica veinte años de apostolado a dos ideales, el de la Cristiandad una, el de la España una. Es decir, por un lado, lo qué se deshizo, por otro lado, lo que todavía está por hacer. Después que Vicente hubo realizado en aquel pueblo del reino de Valencia el milagro de unir de tal modo las voluntades y levantar tanto los corazones, que todos los ve- cinos- -menos uno- -dieron al olvido deudas y agravios, ¿cuánto tiempo, cuántas sentanas ¿permaneció allí instaurada la concordia... í No más seguramente que permaneció parado el reloj dq pesas en la ficciori gramática d mi tesis.