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Netanyahu y Barak, reprendidos en un informe por su gestión del asalto a la flotilla

El documento, del supervisor del Estado israelí, critica la improvisación del Gobierno, que habría actuado «sin un trabajo de equipo ordenado, reflexivo, coordinado y documentado»

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El supervisor del Estado israelí, el juez retirado Mija Lindenstrauss , ha publicado este miércoles un crítico informe contra el primer ministro, Benjamín Netanyahu , y el titular de Defensa, Ehud Barak , por sus decisiones en el asalto a la llamada flotilla de la libertad hace dos años. El documento, de 150 páginas, acusa a ambos de haber tomado decisiones de forma individualista y no consultar con otros ministros, mandos militares y consejeros ni sobre los preparativos ni sobre las posibles consecuencias del abordaje, en el que murieron nueve activistas turcos y decenas resultaron heridos.

«Las decisiones se tomaron sin un trabajo de equipo

coordinado»

La flotilla, que se dirigía a Gaza con ayuda humanitaria para tratar de romper un bloqueo israelí que duraba ya tres años, fue abordada por comandos israelíes el 31 de mayo de 2010 en una operación militar que acabó en un enfrentamiento violento. El convoy internacional estaba formado por nueve barcos de distintos tamaños, entre ellos el turco « Mavi Marmara », en el que ocurrieron los hechos, que abrieron una grave crisis entre Israel y Turquía y desataron una ola de críticas internacionales contra Israel.

Según Lindenstrauss, Netanyahu debería haber ordenado un trabajo «integral» de todos los organismos institucionales para afrontar la crisis en vez de celebrar «reuniones privadas» y por separado con el titular de Defensa y el de Exteriores, Avigdor Lieberman , de las que no se guardaron actas.

«De hoy para hoy»

Sobre una reunión previa al asalto del conocido como «septeto» (un foro informal de los siete ministros más importantes del Gobierno) afirma que fue «de hoy para hoy» y convocada sin preparación alguna y sin que ante ellos hablaran expertos de los organismos relevantes (mandos militares, de los servicios secretos y diplomáticos). La reunión se produjo a petición de varios ministros debido a que Netanyahu viajaba a Estados Unidos, donde se encontraba cuando ordenó el asalto.

El supervisor subraya que hubo «serios y sustanciales fallos» en la toma de decisiones, entre ellos el de verificar si el Ejército estaba preparado para una operación de ese tipo. Destaca el individualismo de Barak, que desoyó las recomendaciones del entonces jefe del Estado Mayor, Gaby Ashkenazi , quien advirtió en una reunión de que «no tenía dudas de que habría que usar la fuerza» para controlar el barco y calificó de «ilusos» a aquellos que creían lo contrario. «Creo que es de ilusos pensar que si de buenas a primeras 20 miembros de un comando descienden sobre un barco con 400 personas los vayan a recibir con aplausos», advirtió.

Netanyahu también es acusado de no agotar las posibilidades para lograr una salida diplomática a la crisis antes de que la flotilla zarpara de Turquía y de no haber dejado constancia escrita de las negociaciones que tuvo con un mediador egipcio para convencer a Ankara de que no la autorizara.

Tercer informe interno

El de Lindenstrauss, que abrió expediente sobre el caso a pesar de la oposición del Gobierno, es el tercer informe interno israelí sobre la Flotilla, aunque no se espera que tenga ramificaciones judiciales ni políticas como sí tuvieron otros de su oficina en el pasado. En un comunicado, el primer ministro afirmó que en los últimos tres años «los israelíes disfrutan de una seguridad que no veían desde hacía años . Esta seguridad es el resultado directo de una gestión responsable y una política definida».

Netanyahu añadió que «los debates sobre asuntos de seguridad estos tres últimos años no tienen precedente en alcance ni profundidad y de ello son testigos quienes participaron en ellos».

Asimismo, recordó las conclusiones de un panel de la ONU que «sentenció con claridad que el bloqueo marítimo para impedir que armas lleguen a los terroristas de Gaza es un acto legítimo en defensa propia» y que «la decisión de Israel de interceptar a la flotilla era legal según el derecho internacional ».

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