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Ponga un joven en su vida
La Fundación Príncipe de Girona ejerce de catalizador de iniciativas de apoyo a los jóvenes con especial atención a los procedentes de entornos menos favorecidos
LA mejor receta para salir de la crisis es incentivar la iniciativa reforzando competencias como la autonomía, la confianza en sí mismo y la capacidad para la toma de decisiones en entornos de riesgo. Una pócima que se obtiene a base de sumar la pasión de la juventud y la experiencia de los más mayores en el caldero abierto de las ideas. Todo ello agitado con esfuerzo y aderezado con una ristra de sueños.
La Fundación Príncipe de Girona ejerce de catalizador de iniciativas de apoyo a los jóvenes con especial atención a los procedentes de entornos menos favorecidos. David venció al gigante filisteo porque apostó por sí mismo. Sin miedo, utilizó la tecnología de una honda para aumentar su poder. Felizmente, muchos jóvenes empiezan a creer en sí mismos. Todo un acto de rebeldía contra la etiqueta de generación perdida que se les atribuye.
Por fortuna existen instituciones-honda que apoyan a los jóvenes. Ayer tuve ocasión de asistir al primer encuentro del ciclo de Economía Responsable, un proyecto impulsado por Enrique Fernández Miranda, presidente de PwC, y Carsten Moser en su doble condición de patrono de la Fundación Bertelsmann y presidente de la Cámara de Comercio Alemana en España. Bajo el título «Una acción responsable para los jóvenes», el doctor Antoni Esteve, presidente de la Fundación Príncipe de Girona (FPdGi), expuso sus líneas maestras impulsadas por los verbos motores del futuro: ilusionar, educar, emprender, transformar.
Entre el público, un puñado de personas que trabaja desde el tercer sector por la reconstrucción del bien común, se ofreció a la Fundación que auspicia el heredero de la Corona para implicarse en el fomento de la cultura emprendedora. Su directora, Mónica Margarit, tomó buena nota de todas las ofertas de colaboración.
A los jóvenes sólo les faltan oportunidades. Y la primera es poder explicarse. También necesitan herramientas (la financiación es la más importante) para impulsar sus inquietudes. Son los «si si», antagónicos de los «ni ni». Entusiastas que reinician sus vidas en el sentido de las palabras de Inma Shara, directora de orquesta y fundadora de «La isla de los Sonidos»: «El sentido de la vida es una vida con sentido».
Don Felipe ha logrado aunar en la FPdGi la audacia de la juventud y la experiencia de empresarios consagrados para que el conocimiento se transforme en oportunidades. Todo para darle la vuelta al argumento, nada ingrávido, de que los jóvenes hayan perdido la capacidad de dar sentido a sus vidas.
Sólo necesitan consejeros, guías, padrinos, tutores. Recuperar el noble rol del mentor para que los mayores también conquistemos el futuro.
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