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«Los Kirchner corrompen todo lo que tocan»

El ex presidente argentino y candidato Eduardo Duhalde trajo a Néstor Kirchner como su sucesor en la Casa Rosada.

«Los Kirchner corrompen todo lo que tocan» carmen de carlos

carmen de carlos

Peronista de pura cepa, Eduardo Duhalde ha vuelto . El ex presidente elegido por una Asamblea Nacional (Parlamento) en pleno incendio económico, social y político de Argentina, quiere su revancha en las urnas. Gobernó entre el 2 de enero de 2002 y el 25 de mayo de 2003. «En diez días tuvimos cinco presidentes» , recuerda para ilustrar el escenario en el que tuvo que desenvolverse. Eligió a Roberto Lavagna al frente del Ministerio de Economía, fue el principio del fin de la mayor crisis de la historia argentina. Eligió a Néstor Kirchner para que le sucediera en la Casa Rosada (sede del Ejecutivo). Su «delfín» tardaría poco en darle la espalda . «No, no me arrepiento. El que se arrepiente es el que hace una cosa a sabiendas de que debería hacer otra. La gente, en ese momento, quería dirigentes nuevos, más jóvenes y Kirchner parecía encajar en el perfil».

La muerte de su sucesor, de la que se cumple un año el 27 de octubre , apenas cuatro días después de las elecciones, le sorprendió en Sao Paulo, «pensaba asistir al mitin de cierre de campaña de Dilma Rousseff… La verdad, al principio pensé que no era cierto».

—Dijo que abandonaba la política y ahora se presenta a las elecciones.

—No volví porque me guste y quiera sentarme en la silla eléctrica. Trato de ayudar, es como operar a un hijo cuando está enfermo. No querrías pero hay que hacerlo. No deseo ser pájaro de mal agüero, pero vamos por el mal camino.

—El Gobierno se defiende de esa crítica con ocho años de crecimiento sostenido, reservas de divisas en torno a 50.000 millones de dólares…

—Sudamérica no tuvo una década de crecimiento como ésta desde la independencia. Por más que se gobierne mal, siempre hay un florecimiento de la economía. El Gobierno comete un error que ahora no se nota: subvenciona el consumo en lugar de la producción y la factura se paga en algún momento. En Argentina hay un boom de la construcción que hace recordar a lo que le ha pasado a España. La gente algo se da cuenta, tiene miedo y compra dólares. No hay que olvidar que tenemos una fuga de capitales de 70.000 millones de dólares.

—La presidenta, Cristina Fernández de Kirchner, es favorita indiscutible en las elecciones. Parece impermeable a los casos de corrupción…

—Cuando la Justicia no funciona, la corrupción se extiende. Repite las mismas mentiras por la cadena nacional y como nadie les puede replicar van quedando, pero el tiempo demostrará la verdad. Con las viviendas sociales de las Madres de Plaza de Mayo (desfalco de fondos públicos), la presidenta hizo como que no existía. Actúa de igual modo con el Indec (Instituto Nacional de Estadísticas, que ha perdido la credibilidad). No toleran un relato distinto, aunque el suyo sea notoriamente falso. Todo lo que tocan lo corrompen. Las Madres de Plaza de Mayo son un ejemplo.

—Era crítico del sistema presidencialista. ¿Sigue pensando lo mismo?

—El mío fue un gobierno parlamentario, aunque la gente no se dio cuenta. Los ministros salieron del Congreso y de diferentes partidos. Hay que pensar en un sistema que impida un Gobierno con un Congreso enfrentado. No estoy a favor de un sistema parlamentario total, pero sí de un modelo mixto.

«A Cristina el poder le enferma»

—¿Cuando eligió a Néstor Kirchner para sucederle tenía idea de cómo pensaba gobernar?

—No lo hubiera elegido si hubiera sospechado lo que iba a hacer. Yo veía a un hombre con mucho ímpetu que defendía bien su provincia… Pero el poder desequilibra a mucha gente y creo que le pasó eso. El poder le enferma, lo mismo le pasa a Cristina. Manejan la plata del Estado de forma insólita. Todo queda entre familiares y amigos y eso no suele terminar.

—¿Se sintió traicionado?

—No, porque yo no esperaba lealtad. Me di cuenta de su agresividad, cuando yo presidía Mercosur (Mercado Común Sudamericano) y mi esposa decide ser candidata en las legislativas. Entonces, Cristina dijo que era un complot y se fueron del partido. Empezaron a atacarme, me llamaban mafioso... Luego hicieron lo mismo con el campo (productores agropecuarios) y con la prensa. Actúan igual con todos los que piensan o se manifiestan distinto a ellos. Esto nunca había pasado en Argentina. Inventan enemigos y crecen a costa de ellos.

«Me da pena Menem, está presionado por las causas judiciales»

—Menem era «enemigo» y ahora es «amigo» del Gobierno.

—Me da pena Menem, pobre hombre, está presionado por las causas judiciales. Por eso es funcional al Gobierno.

—¿Encuentra algún parecido entre los indignados españoles y lo que pasó en Argentina con las cacerolas en 2001?

—Tiene algunas aristas parecidas. Está relacionado con la insatisfacción de los jóvenes. El problema del sector financiero lo terminan pagando ellos y los trabajadores.

—¿A qué atribuye que la presidenta vaya en cabeza en los sondeos?

—Ni ella ni él antes de su muerte tenían los sondeos a favor. El velatorio y su sepelio fueron una obra de arte de comunicación. Todas las escenas estaban medidas al milímetro. Todo estaba preparado, hasta el tenor. La televisión tiene gran poder y además son hábiles para dividir a la oposición y colocar su mensaje

—Pero el fervor por Néstor Kirchner está en la calle.

—Kirchner no es un hombre querido por la gente En ninguna casa verá una foto suya. Le podías tener miedo pero no afecto. Se intenta construir un mito pero nadie expresa cariño. El culto a la muerte no tiene que ver con lo que sucede.

—¿Cree que se puede interrumpir esta etapa de crecimiento?

—Todos los países de Sudamérica crecen y algunos lo aprovechan, pero aquí no. Como pasa en Europa, alguien va a pagar esta fiesta y siempre le toca a la gente. Hoy están entusiasmados, pero el porvenir no es bueno. Hay fuga de capitales, la moneda no vale lo que dicen ni el Banco Central tiene las reservas que asegura. Somos Brasil y soja dependientes... Eso sin hablar de China y los países emergentes.

«Felipe González me dijo: ¿cómo te animaste a decir la verdad?»

—¿Se hace alguna autocrítica?

—La devaluación fue dolorosa. Pensé que se podían devolver los depósitos en dólares, pero no había. Me enteré a la semana de haberme comprometido a hacerlo. Mis ministros me decían que no lo hiciera público, pero lo hice... La gente, con razón, quería romper los bancos. Felipe González me dijo un día, ¿cómo te animaste a decir la verdad?

—¿Alguna vez le han faltado al respeto en público?

—He ido al teatro, al cine, a la cancha y nunca me han «escrachado». La gente acá es muy buena.

—¿Como definiría el kirchnerismo?

—Es una de las tantas variantes que ha tenido el peronismo en su historia. Es una versión retrasada, anticuada del peronismo.

—¿Qué opinión tiene de Hebe de Bonafini?

—La peor. Entiendo su dolor por haber perdido a dos hijos, pero no puede ser modelo de Argentina una mujer que hace apología del terrorismo en el mundo. En España con ETA en Colombia con las FARC… No es tolerable.

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