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Yasidíes: 13 siglos de historia, dos de cruel represión

Poco se sabe del milenario origen de los falsos «adoradores del diablo» que hoy están siendo masacrados en Irak, tal y como ocurrió en 1847, 1872 o 1975

Yasidíes: 13 siglos de historia, dos de cruel represión AGENCIAS

ISRAEL VIANA

Corren tiempos terribles para los yasidíes . Se podría decir que, junto con las persecuciones que sufrieron en 1847, 1872 y 1975, los peores en más de 13 siglos de historia. No hay más que echar un vistazo a los titulares que sobre ellos se están publicando estos días: « Los yihadistas entierran vivos a los yasidíes en Irak », «El Estado Islámico amenaza con matar a 300 familias yasidíes si no se convierten al Islam» o «Los refugiados yasidíes pueden morir en 48 horas si no reciben agua y comida». Sin embrago, poco se sabe del origen y vida de esta religión minoritaria de Oriente Medio, con cuyos seguidores ningún historiador e investigador había contactado hasta bien entrado en el siglo XIX.

No es posible convertirse a yasidismo, sino que hay que nacer yasidí

El hermetismo que rodea a esta secta religiosa de origen kurdo es total. De hechom como ocurre con otras minorías religiosas de la región, tales como los drusos o los alawis, no es posible convertirse a ella, sino que hay que nacer. Su liturgia, creencias y tradición son tan desconocidas que los yasidíes siguen siendo, a pesar de haber surgido nada menos que durante el Califato de los Omeyas en la segunda mitad del siglo VII, una de las sectas más misteriosas de la zona. Incluso muchos se sus conciudadanos en Irak, noroeste de Siria y el sudeste de Turquía creen erróneamente que son «adoradores del diablo», un falso mito que les ha puesto en la diana de los yihadistas.

Los yasidíes han vivido durante siglos aislados de sus vecinos y de las otras comunidades, tanto la musulmana como la cristiana , y niegan esa adoración al demonio que se les achaca. Argumentan que ellos respetan al ángel « Pavo Real », que simboliza al diablo, pero que no lo hacen por amor a él, sino por temor, con el objetivo de evitar los desastres qué esta deidad podría provocarles.

Su nombre, causa de la masacre

Sin embargo, la actual persecución que sufren en su tierra natal, la región de la montaña Sinjar , al oeste de Mosul , se basa en un malentendido por su nombre. Y no parece importar que algunos investigadores hayan barajado otras teorías, como la que asegura que su procedencia está en Yazd o Yazdan , uno de los dioses zoroástricos persas.

El Estado Islámico cree que el nombre procede de Yazid ibn Muawiya

Los extremistas sunitas del Estado Islámico (antes conocido como ISIS), que actualmente están masacrando y enviando al exilio a esta y otras minorías religiosas, creen que el nombre procede de Yazid ibn Muawiya (645-683), el profundamente impopular segundo califa de la dinastía de los Omeya que, según la historia, mandó combatir y asesinar a Husayn b. ‘Ali en el 680. Los que defienden esta opción creen que este grupo comenzó a adorar a Yazid después de la caída de esta dinastía , como reacción a la actitud de los alawíes y chiíes que decidieron venerar a Ali b. Abi Talib .

Investigaciones modernas, sin embargo, aseguran que el nombre nada tiene que ver con el Yazid o el dios persa, sino que se deriva del persa moderno « ized », que significa «ángel» o «deidad». De hecho, el nombre con el que yasidíes se definen a sí mismos, « fzidis », simplemente significa «adoradores de dios» y no «adoradores del diablo».

Las masacres del siglo XIX

Más allá de esta confusión con el nombre que está acabando con ellos, lo cierto es que los yasidíes habían sufrido ya varias campañas de represión y persecución a lo largo de su historia, especialmente en el siglo XIX, cuando las autoridades otomanas provocaron a los jefes tribales kurdos para aniquilar a los miembros de esta comunidad.

En el siglo XIX, miles de yasidíes fueron asesinados por su rechazo a abandonar su creencia

Miles de ellos fueron asesinados por su rechazo a abandonar su creencia. Las batallas de persecución se repitieron en diferentes años: las más famosas fueron las de 1847 y 1872. Fueron tan crueles y despiadadas que muchos yasidíes se vieron obligador abrazar el cristianismo para evitar ser ejecutados o a incorporarse en el ejército otomano como musulmanes. Sin duda, el peor destino que puede sufrir un yasidí, ya que su expulsión de la comunidad significa que el alma no podrá progresar nunca. La conversión a otra religión era algo impensable.

Otro momento terrible de su historia fue 1975, un año en el que muchas familias yasidíes fueron obligadas a abandonar sus hogares en la ciudad iraquí de Zaju y llevadas a campamentos cercanos a la zona de Sijan , para entregar sus casas a otras familias árabes que habían sido trasladadas de otras ciudades.

De 300.000 a 50.000 yasidíes

Temidos, vilipendiados y perseguidos, no hay duda de que su población menguó considerablemente a lo largo del siglo XX. En los últimos años esta reducción ha sido dramática.

En 2006, conformaban una comunidad de unos 300.000 habitantes en Irak (algunas fuentes elevanban las cifras a 500.000), que vivían en su mayoría en el monte de Sinyar, al oeste de Mosul. El resto residía en los pueblos de Sijan y Ba’adri, en la misma provincia. Y existían pequeñas comunidades en Siria, Turquía y Armenia.

Hoy calcular su cifra es difícil, pero algunas fuentes hablan tan solo de 70.000 yasidíes e, incluso, 50.000.

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